Editorial

Rafaela, nuevo aniversario

Los aniversarios suelen abrir una especie de paréntesis en la vida de las personas, las instituciones, las ciudades o los países que permiten encarar dos tareas necesarias: trazar un balance sobre el trayecto recorrido en el pasado, reflexionar sobre el estado de cosas en la actualidad y proyectar el futuro, algo así como plantear la visión de lo que se quiere ser en los próximos años y planificar acciones para conseguir ese objetivo. 

Hoy 24 de octubre Rafaela celebra 138 años de su formación como colonia, cuando un grupo de familias se radicó en la inmensidad de estas llanuras donde no había alambrados, ni pueblos, ni casas de campo, ni rutas ni caminos. Sólo los pastizales naturales en una tierra fértil lista para ser labrada. De la mano de la inmigración europea y de la empresa colonizadora de Guillermo Lehmann fueron surgiendo pequeñas colonias en toda esta región a finales del siglo 19, dando forma a lo que se conoció como la "pampa gringa". 

Y desde aquellos lejanos tiempos, la joven Rafaela exhibió un espíritu progresista que decantó en un crecimiento más acelerado que el resto de las colonias que fueron floreciendo a partir del desarrollo territorial impulsado por Lehmann y otros proyectos similares. La llegada de las vías del ferrocarril en forma temprana y la instalación de una de las primeras sucursales del Banco Nación en todo el país cuando despuntaba la década de 1890 constituyen evidencias de la voluntad de los primeros habitantes del pueblo que dejó de serlo en 1913 cuando Rafaela fue declarada ciudad mediante un decreto firmado por el entonces gobernador de la provincia de Santa Fe, Manuel Menchaca. 

Pocos años después, esa próspera ciudad santafesina acuñó un nombre que perdura hasta estos días y que funciona casi como un sinónimo. Fue precisamente en las páginas de Diario LA OPINION, otro producto de ese espíritu hacedor de Rafaela, que se patentó la denominación "Perla del Oeste" para dar cuenta de una ciudad que se destacaba por su desarrollo constante y ya liderar a toda una región, con el asentamiento de industrias que en algunos casos se mantienen hasta la actualidad con bases sólidas. 

La industria láctea y frigorífica crecieron como una extensión necesaria de la economía rural de la región, donde hay vacas que producen mucha leche -a tal punto de considerarse una de las cuencas más importantes de Sudamérica- y también ganado bovino que permitió la instalación de plantas donde se producen chacinados. La industria metalmecánica aportó lo suyo como otro de los pilares productivos donde se asienta buena parte de la expansión de la trama ciudadana. 

Hoy día Rafaela conserva, aún en la coyuntura de crisis que atraviesa el país, la esencia de aquel empuje por el cual fue bautizada como la Perla del Oeste. Pensar cómo se puede agregar valor al desarrollo territorial para seguir construyendo día a día una ciudad en la que todos queramos vivir -hoy y mañana también- continúa siendo una prioridad para quienes ocupan roles de alta responsabilidad institucional. En este marco, surgen iniciativas medulares para estructurar nuevas fases de crecimiento como la creación de la Universidad Nacional de Rafaela, el ejemplo más claro de este espíritu progresista, como lo fue el desembarco de la Universidad Tecnológica Nacional en la década del 70, la inauguración del acueducto en los primeros años de los 80 o la habilitación del gasoducto a inicios de los 90. De todos modos, con el desarrollo de la ciudad y el aumento de la cantidad de los habitantes aquel acueducto inaugurado en 1981 o el gasoducto de los 90 ya no fueron capaces de satisfacer la demanda de familias y empresas, por lo que se debió gestionar la construcción de nuevas obras para mejorar estos servicios. Son dos proyectos que están en plena ejecución y que si no hay sorpresas estarán terminados en el 2020. 

Claro está, como todos coinciden, que la ciudad no es una isla y que también se advierten problemáticas que es necesario atender y buscar soluciones. La inseguridad y las adicciones a lo que se suma el deterioro social que se registra actualmente por impacto de la crisis constituyen desafíos urgentes e importantes. 

En este párrafo final una reflexión en torno a Diario LA OPINION, que hoy cumple 98 años desde aquella primera edición de 1921. En tiempos difíciles de la economía se mantiene como una referencia ineludible a la hora de informar sobre lo que sucede en Rafaela y su gran región. También es un espacio plural donde todas las voces tienen su espacio para aportar al debate sobre cómo ser una mejor ciudad, una provincia o un país. Es cierto que también debe asumir una dinámica de cambio permanente a la que los medios no pueden escapar. Se observa una redefinición de los formatos en los que circulan las noticias y la manera en la que los ciudadanos acceden a los medios y consumen sus contenidos. Es clave atender estos nuevos escenarios para reinventarse antes de llegar al centenario. 



Autor: REDACCION

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