Locales

"Quisiera ser bombero"

Desde chicos una de nuestras profesiones preferidas para cuando fuéramos grandes era la de ser bombero. Seguramente influyen muchos aspectos de su quehacer diario, colores en la vestimenta, los autobombas, el agua y por supuesto el responder rápidamente a la campana. A medida que vamos creciendo las propias aspiraciones racionalizadas, las tentaciones económicas de la vida moderna y alguna que otra orientación familiar nos vuelca hacia oficios y profesiones diversificadas por fuera del casco rojo, el desafío por controlar el fuego queda relegado a los días de chimenea o asados de domingos.
Sin embargo, para los 35 Bomberos Voluntarios de la ciudad, más otros 4 aspirantes y 12 cadetes, la fascinación por aquellos sueños cultivados de niño nunca tomaron óxido y por el contrario se potenciaron con la cualidad del voluntariado. Ya no solo quisieron ser bomberos sino también alimentaron su esencia con la raíz de asistencia al otro sin pensar más que en ayudar desde sus capacidades y tiempo a disposición sin días feriados ni fines de semana. Lo reza su lema “SACRIFICIO, VALOR Y ABNEGACIÓN”. Ningún integrante de la Asociación de Bomberos Voluntarios de Rafaela, sea su Cuerpo Activo o su Comisión Directiva, recibe remuneración alguna. Los hombres de rojo solo cuentan con la obra social IAPOS por ser un servicio de carga pública y subsidios estatales para el normal funcionamiento de la institución, pero como es de imaginarse, nunca suficientes ante los permanentes desafíos de una actividad en crecimiento y de obligada adecuación tecnológica junto a la necesaria reposición de bienes.
Particularmente desde la ruralidad conocemos de la entrega plena de Esta y otras unidades de asistencia en puntos cardinales varios, y hacemos propios los desafíos que encierra el objetivo de los Bomberos Voluntarios locales: la prevención, extinción de incendios y la intervención operativa para la protección de vidas o bienes que resulten agredidos por siniestros de origen natural, accidental o intencional.
Instamos a que toda la comunidad hacia uno y otro lado de ese límite imaginario entre ciudad y campo hagamos acciones mancomunadas para poner freno a los incendios rurales que se originan por múltiples causas, muchas de las cuales son generadas por el hombre con malas intenciones manifiestas y otras erróneamente llamadas “accidentales”. Bien reza el pensamiento “Si se pudo evitar no fue accidente”. No arrojar colillas de cigarrillo ni basura posiblemente incendiaria por pura maldad o acción de reflejo de vidrios sobre malezas o cultivos secos. Tampoco encender fuegos para la quema de pastizales, hojas en otoño, plásticos y cables fruto del vandalismo ante el robo de cobre. Y todo esto con el humo que afecta a la salud respiratoria de habitantes de las áreas afectadas, olores que invaden la urbe y la visibilidad reducida en las rutas y caminos circundantes, con los riesgos que esto genera.
Nuestra tarea conjunta desde la ciudad y el campo es sencilla: Ayudarlos es ayudarnos. Vaya si el agradecimiento que le debemos a este cuerpo de valientes no es justo y necesario. Este jueves 2 de junio se conmemora el día del Bombero Voluntario y desde Productores Unidos de Rafaela abrazamos su causa que también es nuestra. Renovamos nuestro compromiso de colaborar en todo a lo que esté a nuestro alcance e instamos a que la comunidad toda los recuerde no solo cuando se los necesita (ellos siempre estarán presentes) sino asistiéndolos con nuestro afecto, reconocimiento y recursos que faciliten su desempeño humanitario.
Hoy, más que nunca, todos debemos “QUERER SER BOMBEROS” a sabiendas de que nuestro abrazo los contiene, nuestras manos los ayudan y nuestros corazones le dicen GRACIAS por no olvidarse de esos sueños de niño que hoy los hace ser verdaderos hombres y mujeres de bien… El bien más preciado del que una comunidad puede sentir orgullo: Nuestros Bomberos Voluntarios.

* Aporte de Productores Unidos de Rafaela.

Autor: REDACCION

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