Es una buena pregunta. La industria en su misión básica sigue existiendo que es generar contenidos, buenos contenidos, hacer visible en todo caso o divulgar grandes artistas, buenos artistas y buenos discos. Lo que ha cambiado notablemente es la ecuación que permita que esa actividad siga siendo sustentable y sigue siendo sustentable. Hoy no es sustentable de la manera clásica como se hacía antes, el sello o el productor hacían una gran inversión para grabar porque era una apuesta a muy largo plazo y podía haber un horizonte de recupero grande porque se vendían muchos discos. Hoy eso cambió totalmente, en general los músicos son los que se producen su material, los sellos estamos cerca de algún modo para dar quizás una visión, un entorno más estratégico, qué hacer con eso, y aparecemos más en la etapa de concepción del disco, del diseño, cómo presentarlo, y lo que viene después, promoción y distribución. Por eso digo que la industria sigue vigente más que nunca te diría, lo que sí han cambiado notablemente son los modos, cómo se están construyendo las partes que mueven a la industria. El gran secreto es poder adaptarse, porque discos físicos se siguen vendiendo, menos que antes, se venden mucho en los conciertos que es una nueva realidad que apareció ahora. Es cierto que no hay tantas disquerías, por otra parte está la venta digital que es un canal nuevo que apareció y es interesante. Los productores gestionamos ese contenido, puede haber una película que nos pida un tema, la industria de la música es muy diversa en cuanto a sus posibilidades.
¿El hecho de lo digital y las posibilidades actuales de la tecnología le hizo daño a la calidad de lo que se graba?
Juega en contra, porque hoy hay una sobreoferta de música, es muy sencillo grabar, hoy cualquiera graba, pero casi del mismo modo que pasaba anteriormente son muy pocos los discos buenos, con lo cual hay un deterioro de la calidad en el sentido de que hay mucha cantidad y sobreoferta. Un amigo dice “antes escuchaba diez discos y me gustaban dos, hoy escucho mil y me gustan dos”. Sigue pasando eso. Y al perderse esos filtros que había, las compañías, los directores artísticos, las radios que tenían un poder, hoy esos divulgadores no están, y tenían una palabra fuerte que además repercutía en lo comercial hoy no existen, si bien están los que ejercen ese rol ya no tienen el mismo peso. El engaño y el falso paradigma que nos impone internet es ése, pensar que todo es igual y que todo es horizontal, hay que tratar de ver un poco detrás de eso y ése es el gran desafío. Dentro de todo lo que hay, darse cuenta qué es lo bueno. Pero creo que hay un detrimento de la calidad y hay una chatura, y en lo particular en nuestro país. Hay grandes músicos pero el problema está en la difusión, no veo un deterioro en la producción. No hay suficientes canales para hacer escuchar el enorme talento que hay, en otros lugares lo ves un poco más.
Como empresario del disco qué me gustaría ver realizado en un tiempo futuro
Estamos editando muchísima música y la verdad que es un placer. En el homenaje a Mercedes Sosa veía varios artistas que están en nuestro sello, y alguien me llamó para preguntarme por Luciana Jury por ejemplo. Es un placer muy grande ver que empiezan a trascender artistas con los que venimos trabajando hace mucho como Lidia Borda y salen de ámbitos tan chicos. Seguimos haciendo eso, editar a artistas que nos gustan o que pensamos tienen un valor grande en su arte y difundirlos. Y al saber que están siendo muy conocidos pensamos que estamos en el buen camino.
El disco goza de buena salud…
Sí. En otro rol pero lo sigo viendo de buen ánimo… No hay que pedirle mucho más. Hay que ver lo que nos está dando y está muy bien. El disco es mucho más que el objeto plástico, es lo que el artista pone ahí que es el resultado de una etapa de su vida, o de una idea que quiere transmitir. Eso está más vivo que nunca.
*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a Diego Zapico