SUPLEMENTO ESPECIAL

¿Qué pasó el 24 de mayo de 1810?

El jueves 24 de mayo de 1810 fue una jornada clave en el camino hacia la revolución que culminó el proceso de la Semana de Mayo y derivó en la conformación del primer gobierno patrio: fue el día en que los criollos obligaron a la renuncia del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, quien hasta último momento intentó mantener el poder que ostentaba como represente de la Corona de España en la región.
El miércoles 23, Cisneros había había abandonado su cargo de virrey y, tal como estableció la votación del histórico Cabildo Abierto del 22 de mayo, lo habían confirmado al frente de la Junta de Gobierno por formarse. Sin embargo, tras ese anuncio, los criollos revolucionarios lo obligaron a renunciar a su nuevo puesto y exigieron una nueva elección de autoridades.
Se trató de un hecho de enorme relevancia en medio del contexto revolucionario. Es que Cisneros aceptó la renuncia y se resignó a quedar fuera de la lista de candidatos a integrar la Junta de Gobierno. El fin de su mandato era un hecho.

¿QUÉ PASÓ EL JUEVES 24?
El jueves 24 de mayo de 1810, se confirmaron los rumores y el síndico Julián de Leiva -un criollo que estaba en favor de los realistas- anunció al ex virrey Cisneros como comandante de armas y presidente de la nueva Junta de Gobierno, que también estaba conformada por cuatro vocales: los españoles Juan Nopemuceno Solá y José Santos Incháurregui y los criollos Cornelio Saavedra y Juan José Castelli, aunque estos últimos dos renunciaron de inmediato.
“En estas circunstancias, el señor Don Manuel Belgrano, mayor del regimiento de Patricios, que vestido de uniforme escuchaba la discusión en la sala, (…) púsose de pie súbitamente y a paso acelerado y con el rostro encendido por el fuego de sangre generosa entró al comedor de la casa del señor Rodríguez Peña y lanzando una mirada en derredor de sí, y poniendo la mano derecha sobre la cruz de su espada dijo: ‘Juro a la patria y a mis compañeros, que si a las tres de la tarde del día inmediato el virrey no hubiese renunciado, a fe de caballero, yo le derribaré con mis armas’”, escribió Tomás Guido en sus Memorias.
Esa misma noche, una delegación encabezada por Castelli y Saavedra fue hacia la residencia de Cisneros para exigirle su renuncia, al tiempo que le informaron respecto de la agitación en las calles y la sublevación de las tropas que había generado el hecho de que se hubiera burlado la voluntad popular que había quedado asentada en el cabildo abierto hacía apenas dos días atrás.
Cisneros, que no tuvo otra opción que aceptar las exigencias, recordó en sus Memorias cómo fueron sus últimas horas en el poder: “En aquella misma noche, al celebrarse la primera sesión o acta del Gobierno, se me informó por alguno de los vocales que alguna parte del pueblo no estaba satisfecho con que yo obtuviese el mando de las armas, que pedía mi absoluta separación y que todavía permanecía en el peligro de conmoción, como que en el cuartel de Patricios gritaban descaradamente algunos oficiales y paisanos”.
De esa manera, la flamante Junta de Gobierno quedó disuelta y se convocó al pueblo nuevamente al Cabildo para la mañana siguiente, para así elegir a una nueva junta de gobierno. Entre los candidatos no podía figurar Cisneros.

LA REVOLUCIÓN DEL VIERNES 25
La Revolución de Mayo se concretó finalmente el viernes 25, una semana después de la primera reunión en la que surgió la idea de convocar a un Cabildo Abierto para debatir las nuevas autoridades del Virreinato, frente a la pérdida de poder de Cisneros a causa de la caída Junta de Sevilla, el último bastión de la Corona española.
De esa manera, se anunció la creación de la Junta Provisoria Gubernativa de la capital del Río de la Plata, que luego pasaría a nombrarse Primera Junta. La misma quedó constituida por Cornelio Saavedra como presidente; Mariano Moreno y Juan José Paso como secretarios; y Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Miguel de Azcuénaga, Domingo Matheu, Juan Larrea y Manuel Alberti como vocales.
La Junta se comprometió a mantenerse fiel a Fernando VII, como parte de una estrategia que luego se conoció como “la máscara de Fernando”. Es que gobernar en nombre de Fernando VII, quien se había visto obligado a renunciar al trono en mayo de 1808 ante el avance de las tropas francesas, sirvió justamente para ocultar la intención independentista, que recién se concretaría seis años más tarde, el 9 de julio de 1816. (Fuente TN)

Autor: REDACCION

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