En un país que repite errores desde hace décadas, no sorprende que los problemas que agobian a los argentinos no se modifiquen demasiado a pesar del transcurso de los años. La inflación, la falta de trabajo y la pobreza constituyen problemáticas asociadas a la situación económica que atraviesan a todas las generaciones en mayor o menor medida. La inseguridad y la escasez presupuestaria para ofrecer servicios de educación y salud de calidad abonan otros temores de la gente con una fuerte carga social. Como se suele afirmar en esta columna editorial, todo tiene que ver con la incapacidad de las clases dirigentes argentinas, y de la sociedad en general, de haber concertado un modelo de país que garantice, con las imperfecciones aceptables, paz, pan y trabajo para todos. De todas formas, en el último año se incorpora a ese listado de "dolores de cabeza" la cuestión sanitaria derivada de la pandemia, que ha montado un escenario casi irreal.
Ese anhelado bienestar para todos y todas opera, en la Argentina, como la utopía: es inalcanzable pero nos permite seguir insistiendo para crear un país con crecimiento sostenido, sustentable y con un reparto más o menos justo de los bienes que se que producen. La mirada negativa en este punto implica admitir que siempre estamos en el mismo lugar y a pesar de nuestro deseo de avanzar, en realidad estamos en el mismo lugar o, peor aún, retrocedemos.
Los sondeos de opinión que realizan de tanto en tanto las consultoras permiten obtener una radiografía sobre las sensaciones, emociones y sentimientos de los argentinos en determinado momento. Es decir, saber qué piensan y qué sienten respecto al lugar en el que viven y sobre los dirigentes que los gobiernan, entre otros temas.
Un estudio de alcance nacional efectuado entre el 21 y el 22 de enero por Analogías Consultora con el objetivo de relevar opiniones políticas, la evaluación del Gobierno, las percepciones sobre la situación sanitaria, expectativas económicas y distintos temas de la coyuntura política, social y económica, posibilita configurar el humor social que impera en el país.
Naturalmente, persiste en forma global un cuadro de opiniones muy impactado por la situación económica y las dificultades derivadas de la propia pandemia. El relevamiento subraya que el incremento sostenido en el nivel mensual de inflación de precios, principalmente en el rubro alimentos y bebidas, le pone un marco definido e insoslayable a la coyuntura. La vertiginosa dinámica concreta e informativa referida a la política sanitaria, y en particular al plan de vacunación también se colocan como una de las variables protagónicas al momento de medir el estado de ánimo general.
Las expectativas económicas se siguen deteriorando aceleradamente con énfasis desde el mes de noviembre, asegura el reporte en sus conclusiones. El “pesimismo relativo” pasó de un entorno del 50%, que persistía desde junio, a un 60% aproximadamente en este monitor de Analogías del mes de enero. Respecto al sesgo de la política económica, sólo un 20% observa un carácter expansivo, luego un 50% cree que es “de ajuste” y un 30% no puede opinar. Sólo el 21% opinó que el Gobierno está impulsando el crecimiento de los salarios en tanto que el 70% consideró que el Gobierno debe controlar más firmemente el precio de los alimentos.
Respecto a la pandemia, el estudio señala que se mantuvo estable, con leve tendencia en alza, la valoración de la política sanitaria del Estado Nacional que, como se observa desde octubre, presenta opiniones casi perfectamente divididas. También se mantuvo en niveles bajos la percepción acerca del cumplimiento de las medidas de prevención por parte de la sociedad. Asimismo, creció, en línea con lo que viene ocurriendo desde el principio de la pandemia, la percepción sobre el riesgo de contagio propio y del grupo familiar. Se trata de una curva con crecimiento paulatino pero sostenido.
Luego aparecen tres datos, con un sesgo definido, que grafican una valoración mayoritaria del criterio de cuidado por sobre el de “movilidad”. El primero: el 54% considera que si hay una expansión marcada de casos es necesario volver a un aislamiento social mas estricto. Luego, el 42% considera que no están garantizadas desde el punto de vista práctico las condiciones para la vuelta de clases presenciales, lo cual se da muy notablemente entre los jóvenes (48%).
Finalmente, respecto a la comparación internacional, un 51% opinó que estamos “Mejor o Igual” que el resto del mundo, contra un 36% que consideró que estamos “Peor”.
Por último, el estudio advirtió que en enero último las opiniones positivas sobre el presidente Alberto Fernández cayeron 5 puntos porcentuales positivos respecto de finales de diciembre y mantienen 9 puntos netos positivos. En cuanto al rol y la imagen de la oposición política, apenas 30% de los consultados considera que tiene una actitud proactiva y colaborativa para resolver la crisis.