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La sanación del alma

Sr. Director:

El amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos significa no desearle nada malo; no tener expectativas; no exigirle nada que nosotros mismos podamos hacer; no menospreciarlo; no envidiarle; no odiarlo; no estar en enemistad ni aprovecharse de él; no enfrentarse belicosamente ni dar falso testimonio. Si queremos acercarnos a Dios, deberíamos aprovechar los días, que son nuestra vida terrenal y sellan nuestra existencia aquí, para que así podamos reconocer una parte de nuestras actitudes erróneas, de nuestras grabaciones en el alma, nos arrepintamos de ellas de corazón, pidamos perdón, perdonemos a aquellos que han pecado contra nosotros y reparemos lo que todavía nos sea posible.
Todo es Ley. Todo el universo se mueve por vías legítimas. Cada hombre pertenece al universo y es su ley. No existen las casualidades. Cuanto más nos unamos con la gran y poderosa Ley de la vida y nos sintamos en consonancia con ella, tanto menos problemas nos dará nuestro cuerpo.
Para conseguir la luz de la sanación en el alma y volverse sano, se nos ha recomendado no cometer más las actitudes erróneas que hemos reconocido, los pecados, según el mandamiento de Jesús: “Tus pecados te son perdonados, ve y a partir de ahora no peques más”. Sólo de esta forma nos acercamos a la fuerza infinita y experimentamos su fluir a nuestro corazón, que se ha orientado a Dios, consiguiendo la luz en nuestra alma y la irradiación sanadora en nuestro cuerpo.
El que hace suyo este comportamiento cristiano, conseguirá la confianza en el Espíritu de Dios. De ello se desarrolla una vida positiva. Un hombre que viva basándose en Dios, reflexionará cada vez menos sobre enfermedades y confiará a Dios su forma de pensar y hablar, así sus células y todas las funciones del cuerpo se lo agradecerán.
Nos deberíamos acostumbrar a preguntarnos diariamente qué hay detrás de nuestras sensaciones, pensamientos, palabras y actos, también detrás de lo que queremos y deseamos, de las pasiones e impulsos instintivos. Lo podríamos expresar de la forma siguiente: Lo que no decimos, pero sí estamos depositando en nuestros pensamientos y palabras, es lo que volverá a nosotros, pues eso somos nosotros y no aquello que aparentamos por la educación. De la publicación: “La Sanación a través de la fe. La Sanación Completa”.

Vida Universal

Maximiliano Corradi

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Autor: Redacción

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