Al sombrío presente que transita la Argentina por una crisis que se explica por un contexto internacional turbulento y los desequilibrios habituales de nuestra economía, esto es que el gasto supera el ingreso lo cual obliga a tomar créditos para cubrir el déficit hasta que se llega a un nivel de endeudamiento que hace dudar a los mercados sobre las posibilidades de cumplir los compromisos: es cuando se menciona el riesgo de default. En esta instancia aparece el bombero del FMI que busca apagar las llamas y garantizar el pago a los acreedores, aunque claro esto no es gratis pues hay que asumir obligaciones - metas, lo cual implica eliminar el déficit de las cuentas públicas, que es algo así como un ajuste al gasto público, lo cual puede significar menos recursos para municipios, subsidios al teatro, a la discapacidad, a la salud en general, a las universidades o a la investigación que desarrollan, entre otros, el Conicet o el INTA -en este caso el presupuesto 2019 apenas alcanza para el pago de salarios y unas pocas acciones más-.
Esta coyuntura adversa que exige sacrificios en pos de un futuro supuestamente más amigable empeora con nuevas proyecciones poco optimistas, como la que efectuó el Banco Mundial (BM) en su informe semestral en la que dice que la recesión en la Argentina se profundizará en los próximos meses, en línea con el resto de la región sudamericana. El organismo dijo que las perspectivas de la región para este año "no cumplen las expectativas iniciales" y califica a la situación general de "preocupante". Incluso, menciona la necesidad de un "inevitable ajuste fiscal y una dramática caída en la entrada de capitales a la región".
El informe, titulado "Sobre incertidumbre y cisnes negros. ¿Cómo lidiar con riesgo en América Latina y el Caribe?", señala que las razones principales del crecimiento más lento son las turbulencias del mercado que comenzaron en Argentina en abril, la desaceleración en la expansión de Brasil, el deterioro continuo de la situación en Venezuela y un entorno externo menos favorable. "Hemos encontrado baches en el camino a la recuperación", advirtió Carlos Végh, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
El BM alerta sobre un probable recrudecimiento de la actual recesión en Argentina, dudas sobre la sostenibilidad de algunas reformas claves en México, dificultades en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte , y guerras comerciales que estallan con alarmante frecuencia. Cuando alude a las "turbulencias en el mercado de Argentina", el BM se refiere a la fuerte devaluación del peso que comenzó en abril y, si bien menguó en la última semana a un costo alto de tener que pagar tasas de interés del 75% para absorber pesos del mercado, aún está en zona de incertidumbre para los inversores.
En línea con lo que está ocurriendo en la Argentina, el BM dijo que la región no tiene más opción que "acelerar el ritmo del ajuste fiscal". El organismo considera que es el único camino para garantizar el pago de la deuda en el corto y mediano plazo. En este marco, el organismo multilateral pidió desarrollar "capacidad de resiliencia" para hacer frente a los retos, en particular en Sudamérica.
Tras una desaceleración de seis años y una contracción del 1% del PIB en 2016, la región creció 1,1% en 2017, y las previsiones a principios de año eran optimistas para 2018. Uno de los "nubarrones en el horizonte" es la normalización de la política monetaria en Estados Unidos, que llevó a una "drástica" reversión del ingreso de capitales, un fortalecimiento del dólar y una depreciación de las monedas locales en la mayoría de los principales mercados emergentes. Según el BM, la entrada neta de capitales a la región pasó de un máximo de 49.600 millones de dólares en enero del 2018, a 18.800 millones de dólares en agosto.
Otro desafío es la "precaria" situación fiscal de la región: el informe indica que la deuda pública superó el 60% del PIB de la región en su conjunto, y seis países tienen tasas de endeudamiento superiores al 80%, entre ellos Argentina.
Ante este panorama, la región no tiene más remedio que aumentar el ritmo del ajuste fiscal para garantizar la sostenibilidad de la deuda en el corto y mediano plazo, indica el informe del BM, pidiendo sin embargo "preservar" en lo posible los "considerables logros sociales" de la "década dorada" de altos precios altos de las materias primas que se dieron entre 2003 y 2013.
A pesar de esta perspectiva complicada, el reporte del BM enumera tres factores externos que siguen siendo relativamente positivos para la región: el fuerte crecimiento en Estados Unidos, el crecimiento más reducido pero superior al 6% en China, y la recuperación del precio de las materias primas.