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Programación cultural

Por Ing. Hugo N. Bruno*

“La felicidad no puede depender de los acontecimientos. Es tu reacción ante los acontecimientos lo que te hace sufrir”.

Es necesario atreverse a elevarse por encima de los esquemas, abriendo caminos. Tenemos miedo de volar por nosotros mismos. Tenemos miedo a la libertad y preferimos encadenarnos a esquemas. ¿Quién te tiene que liberar, si ni tú mismo eres consciente de tus cadenas? Cada rótulo que te pones es una de esas cadenas. Quítate rótulos, piensa por ti mismo y podrás ser el arquitecto de tu destino.
La cultura nos inculca leyes rígidas, cuya única razón es que “así se ha hecho siempre”. Y con esta razón tan endeble somos capaces de matarnos por defender “honor”, “patria”, “raza”, “bandera”, “familia”, “buenas costumbres”, “orden”, “ideales”, “reputación”, “prestigio” y muchas palabras más que no encierran más que ideas sin sentido real, que nos han inculcado como “cultura”.
Vivimos con los casetes de nuestra programación cultural, en vez de vivir con la realidad. Esa es la causa de todos los conflictos y sufrimientos.
Los hechos no son ni buenos ni malos, aunque así lo cataloguen las ideas que sobre esos hechos nos impusieron. Si pudiéramos a cada instante sacarnos el casete cultural para convivir con la realidad tal como es, se acabaría el dolor psíquico que es el más frecuente. Al darte cuenta de tu programación y de cómo actúa a través de ti, ya te has disociado de ella y ya no tiene fuerza sobre ti, porque tú eres algo muy distinto a tu programación. Cada casete que así consigas identificar y luego quitar, te permitirá ser un poco más libre y espontáneo, acercándote a tu verdadero ser, del que la sociedad te alejó.
La vida es como un río cuyo flujo y recorrido pueden cambiar a cada instante. Algunas de las variables que influyen sobre su curso pueden ser manejadas por nosotros y otras no, por lo que el mismo es relativamente imprevisible. Este es el encanto que la vida tiene: las infinitas posibilidades que nos ofrece el camino. Observarla es aprender de ella a cada paso, pero si le tenemos miedo a sus cambios, el temor bloquea nuestro cuerpo y nuestra mente y corta el flujo vital que por ellos debería transitar. Bien sabemos que el agua estancada se pudre.
La vida es una obra de teatro que no permite ensayos... Por eso canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida… antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos...

* Hugo N. Bruno es Ingeniero, habiendo sido Profesor Consulto de la UTN. En la actualidad se dedica a escribir sobre temas de divulgación.   

Autor: REDACCION

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