La escuela no queda al margen de un contexto social marcado por la violencia por lo que es necesario el desarrollo y la implementación de herramientas que permitan avanzar en soluciones cuando se registran episodios violentos en los ámbitos educativos. De tanto en tanto se registran casos emblemáticos de violencia en edificios escolares que incluso trascienden fuera de los mismos con impacto en la opinión pública. Pero otras veces se suceden hechos de menor o nula repercusión pública dentro de las aulas pero que configuran escenas incómodas para una comunidad educativa y que también es necesario abordar con distintas herramientas.
De acuerdo a la definición aceptada, la violencia escolar constituye la acción intencionadamente dañina ejercida entre miembros de la comunidad educativa y que se produce dentro de los espacios físicos que le son propios a las instalaciones escolares, bien en otros espacios directamente relacionados con lo escolar (alrededores de la escuela o lugares donde se desarrollan actividades extra a la escuela). Una característica extrema de violencia escolar producida entre alumnos es el acoso escolar, también conocido por su denominación en inglés, bullying.
La semana pasada, el senador Julio Cobos presentó un proyecto de ley para crear un Sistema Nacional de Convivencia Escolar, con el fin de prevenir y mitigar la violencia en todos los niveles y modalidades del sistema educativo nacional, con normas que valoran la diversidad, la convivencia pacífica y la participación democrática de todos los actores de la comunidad educativa.
En la Provincia de Santa Fe y tantas en otras se encuentra en uso, a partir de medidas adoptadas por los ministerios de educación, un protocolo de intervención cuando se registran situaciones de violencia en los establecimientos de las escuelas pero también fuera de ellas pero que pueden involucrar a un alumno (por caso cuando la dirección escolar toma conocimiento de una situación en la cual niños, niñas y adolescentes resulten víctimas o testigos de violencia, abuso sexual o cualquier otro delito).
Tras la presentación de la iniciativa, Cobos manifestó que, desde hace tiempo, están preocupados por la manera en que los conflictos en el ámbito escolar afectan el ambiente de aprendizaje y el clima escolar. Para el legislador mendocino este tipo de problemas, entre los que se encuentra el bullying, afectan la salud mental de los niños y puede provocar pérdida de confianza, trastornos psicológicos, ausentismo escolar, depresión e incluso el suicidio. Asimismo, consideró que el inadecuado tratamiento de las situaciones de conflicto es uno de los obstáculos que impiden a los estudiantes tener igualdad de oportunidades y de desarrollo en los ámbitos académicos y socioeconómicos.
Al profundizar sobre el proyecto para crear el Sistema Nacional de Convivencia Escolar para prevenir y mitigar la violencia en el ámbito de las escuelas, Cobos destacó que se incorporaron definiciones de conceptos relativos a situaciones de conflictos del ámbito educativo y una clasificación de los mismos, a fin de hacer posible su identificación, abordaje y seguimiento a la vez que explicó que la comunidad educativa debe ser capaz de comprender la complejidad de formas en que se presenta la violencia, identificando las indisciplinas que distorsionan el clima escolar. Por último, sostuvo que la intención de la iniciativa es que la comunidad educativa tenga una mirada atenta en las relaciones de los alumnos y se gestione la convivencia de todos para que, en un clima de bienestar, el docente pueda enseñar y el alumno aprender.
De todos modos, el proyecto de Cobos no es el primero sobre esta problemática que, lamentablemente, es común. Está claro que no se trata de situaciones derivadas de la modernidad sino que prácticamente se registran casos de acoso escolar o violencia en ámbitos educativos desde siempre. Lo que si cambió en los últimos años es el enfoque: las instituciones y la sociedad entendió que no está bien admitir la violencia en las aulas ni aceptar el acoso escolar y que es necesario hacer algo, pensar estrategias de abordaje para erradicar lo que está mal.
En 2013, la Cámara de Diputados de la Nación transformó en ley el proyecto sobre bullying destinado a prevenir la violencia en las escuelas, a través de la "promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad en las instituciones educativas". Aquella ley decía que se deben establecer "las bases para la promoción, intervención institucional y la indagación sobre la convivencia escolar así como sobre los fenómenos de violencia en las instituciones educativas de todos los niveles y modalidades en el marco de lo estipulado por la Convención sobre los Derechos del Niño" y las leyes nacionales. Entre otros puntos, fija que el Ministerio de Educación de la Nación, a través del Consejo Federal de Educación, promoverá la elaboración y/o revisión de normativa sobre convivencia escolar en cada una de las jurisdicciones para los distintos niveles y modalidades de la enseñanza.