Editorial

Presión de provincias

El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), de la ciudad de Córdoba, dirigido por el economista Nadin Argañaraz, es uno de los organismos más respetados no sólo por sus trabajos sino también por las opiniones de sus miembros, habiendo sido en este caso quien produjo un informe sobre la manera en la cual crecerá la presión fiscal en el presente año 2013 en los cinco más grandes distritos: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Ciudad de Buenos Aires y Mendoza, teniendo como primera conclusión que la suba en cuanto al impuesto a los Ingresos Brutos será bastante mayor que en 2012.

Es que frente a la caída de recursos enviados por la Nación a las Provincias, estas últimas no tienen otra posibilidad que aumentar los impuestos propios. En tal sentido destaca el trabajo del IARAF que "frente a la desaceleración en el ritmo de aumento de las transferencias de recursos nacionales, las provincias proyectan continuar aumentando los impuestos para subsanar la escasez de fondos", con relación a los cinco distritos analizados en el estudio referido.

Como el Impuesto a los Ingresos Brutos es la principal fuente de recursos propios de los distritos -sin tener que estar en dependencia de la Nación-, es hacia donde se apuntan los mayores ajustes, aunque, cabe dejarlo en claro, se trata de una de las imposiciones "de mayor carácter distorsivo para la economía". Se añade además que "durante los dos últimos años, la industria manufacturera -tanto local como de extraña jurisdicción- ha sido uno de los sectores económicos más afectado por la subas tributarias. En promedio, para los cinco distritos analizados, la presión tributaria sobre las industrias locales subiría más de un 40% en el 2013, acumulando así un incremento del 130% entre 2011 y 2013", con lo cual no hace falta agregar demasiado para argumentar la situación fiscalista a la que se ven prácticamente obligadas las provincias para poder sostener sus finanzas.

De paso, y aunque no corresponde a parte del informe en cuestión, es interesante mencionar cómo es y de qué manera se distribuye la recaudación impositiva, por todos los órdenes, que realiza la Nación. Del total de recursos que recibe el Gobierno nacional se queda con el 76% y reparte entre los distritos el 24% restante, siendo tales ingresos producto de una presión fiscal que el año pasado ascendió al 36,9% del PBI, constituyéndose en nuevo récord en la materia y además el más alto de Latinoamérica y equiparado con algunos países desarrollados.

Viendo tales números, se comprende la razón por la cual el país va resignando su condición federal, pues casi todo el control de los recursos se encuentra en manos y por lo tanto decisión del gobierno central, resignando las provincias su independencia, incluso con algunos agravantes que se vienen ahora profundizando, como el distribuir desde la Nación recursos en forma directa a las Intendencias, ignorando la participación de las Provincias. Una cuestión que, más que técnica o impositiva, responde a condicionamientos de exclusivo carácter político, lo cual ocurre en un año electoral, además considerado clave para las aspiraciones de continuidad del Gobierno nacional.

Para graficar más todavía la manera en la cual se ha ido profundizando este desequilibrio en el reparto de los recursos, cabe recordar que durante el primer gobierno de Juan Perón, la Nación se quedaba con el 46% de los impuestos y el 54% se repartía entre los distritos. Hoy la proporción es 24% para todo el resto del país y 76% para el gobierno central. Exime de comentarios.

Considerando los dos últimos años, las entidades financieras ya habrían acumulado un aumento en sus alícuotas del 35%, mientras que la telefonía fija sería del 39% y la móvil del 32%. Mientras que la actividad comercial también experimentó un fuerte ajuste en sus alícuotas, que se establecería en el 25% en el período 2011-2013, en tanto que los servicios en general acumularían en el presente año una presión tributaria que oscilaría entre 23% y 29%, de acuerdo con las estimaciones realizadas por el IARAF.

La asfixia de tal modo se va trasladando y finalmente recala en el bolsillo de los contribuyentes. De la Nación a las Provincias, de estas a los sectores expuestos a la suba impositiva y de ellos a toda la población.

Autor: Redacción

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