Suplemento Economía

Presión, acción y reacción

El principio físico de acción y reacción dice que cuando un cuerpo actúa sobre otro realizando una fuerza, el otro realiza una fuerza igual y opuesta. En economía ocurre de manera similar.
Actualmente están congeladas tarifas eléctricas, de agua y de gas, no se le permiten subas a las empresas de medicina prepaga cuyas cuotas quedaron debajo de la inflación. En la misma situación están las empresas de telefonía e internet, servicios declarados como esenciales por el Gobierno nacional. También se prohíben los despidos y suspensiones, a la vez que si se despide a alguien debe pagársele doble indemnización, situación que hace que las empresas no tomen personal. ¿Quién tomaría a alguien con el que luego no puede finalizar el contrato? Mientras tanto, y visto del otro lado, las paritarias que regulan salarios, o no se realizan, o se pactan por debajo de la inflación.
Con juntamente, se utiliza como ancla inflacionaria al dólar oficial, atrasándolo a este y también al paralelo. Se postergaron subas de alquileres, se prorrogan de facto los contratos y se suspenden desalojos.
Mientras tanto el sector público no puede expandir su déficit por no tener financiamiento, así que, si gasta arriba de los ingresos del país, como efectivamente realiza, debe financiarlo con emisión monetaria, con lo que logrará mucha presión sobre los precios de la economía que en algún momento se disparará respetando el principio de acción y reacción citado. Tengamos presente también que este es un año electoral, donde las decisiones económicas bailarán al ritmo de la política.
Para cambiar esta situación, sería conveniente que, en lugar de controles y presiones sobre las distintas variables, se trabaje con alivios a esos mercados por el lado de mayores bienes y servicios ofertados. Es decir, en lugar de seguros de desempleo, quienes conducen al país deben incentivar políticas que sean generadoras de empleo privado. Atención que no empleo hablamos de empleo público, ya que éste representa más gasto, debido a que no se producen bienes, ni se generan riqueza. Es decir, en lugar de gastar determinada suma en un subsidio, invertir la misma en suma en políticas que ataquen la causa de la existencia de esta necesidad, luego con el tiempo se irá reduciendo la misma. Por ejemplo, en lugar de los acuerdos para precios más bajos en algunos cortes de carne, que solo benefician a algunas localidades de Buenos Aires y no llegan al interior, y que además desincentivan la inversión en el sector, ya que: ¿Quién quiere producir algo que tiene que vender por debajo del precio de mercado? En lugar de esos acuerdos, lo que debe hacerse, es aplicar una política de aumento de stock ganadero, para que este al recuperarse pueda exportarse y además abastecer el mercado interno. Tengan presente que no puede dejar de exportarse carne, por cuestiones geopolíticas, se abastece China y por cuestiones económicas, el país necesita los dólares de las exportaciones.
Siempre es momento de cambiar el rumbo y buscar pasar a la historia como el presidente y ministros que buscaron políticas de Estado que hagan despegar a Argentina, en lugar de solo apuntar a ganar elecciones.
En economía, como en la vida, los actos tienen consecuencias, no se puede controlar y freezar todo. Cuando se intenta esto, la presión va en aumento hasta el estallido de las distintas variables que buscarán su equilibrio natural. ¿Acaso no aprendimos nada de lo que pasó con aquel ministro de nombre tan cremoso?

#BuenaSaludFinanciera
@ElcontadorB
@GuilleBriggiler

Autor: Guillermo Briggiler

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