Editorial

Presidentes en apuros

En la Argentina actual no hay secretos en torno a la fuerte caída de la confianza en el presidente Mauricio Macri y la gestión de Cambiemos al frente del Gobierno nacional. La profunda crisis económica y el fracaso de las políticas públicas en torno a la inflación, el control del mercado cambiario, la generación de empleo y lucha contra la pobreza esmerilaron el liderazgo del jefe de Estado, que de esta manera cayó fuertemente en su imagen positiva a la vez que aumentó la percepción negativa de los argentinos sobre su figura, a tal punto que muchas encuestas advierten sobre su derrota en las elecciones presidenciales de este año. De hecho, la decisión de implementar el programa Precios Esenciales para congelar al menos una canasta de productos de primera necesidad confirma la falta de resultados del Gobierno en sus intentos por bajar la inflación. 

Decididamente Macri es un presidente en apuros acorralado por una crisis a la que no le encuentra soluciones. Porque si bien lanzó una serie de medidas para llegar a octubre con chances de conseguir la reelección, hasta ahora ha cosechado más críticas que elogios mientras se mantiene la incertidumbre sobre el acuerdo sobre Precios Esenciales que comenzó parcialmente el lunes pasado junto a una serie de créditos para jubilados y otros sectores con la esperanza de reactivar el consumo. 

Prácticamente es la única herramienta que tiene a mano y con la que procura mostrarse activo. Porque hasta la semana pasada no pocos le cuestionan la parálisis del Gobierno ante una crisis que se lleva puesto el salario, el empleo y aumenta la pobreza. 

De todos modos, lo que sucede en la Argentina con el Presidente se replica en otros países, con matices claro está. Pero lo que está en el centro de la escena es el descrédito de la figura presidencial. En Brasil, el presidente Jair Bolsonaro tiene la peor evaluación en los tres primeros meses de un primer mandato desde la redemocratización de Brasil en 1985. La gestión desde el 1 de enero cuando asumió este exmilitar de 64 años se ha visto muy agitada por varios episodios, entre ellos la revelación de que el oficialista Partido Social Liberal recurrió a candidatos "fantasma" para recibir fondos electorales en la última campaña y las sospechas de irregularidades financieras de su primogénito, el senador Flávio Bolsonaro.

También la falta de resultados económicos, las dudas sobre si conseguirá aprobar la vital reforma de las jubilaciones en el Congreso, y las pugnas entre distintos grupos de su gobierno pueden haber pesado en el desgaste.


En Estados Unidos, el presidente Donald Trump, dijo que el Congreso no puede someterlo a un juicio político por los hallazgos del informe Mueller sobre la intromisión electoral de Rusia y los presuntos intentos del mandatario de obstaculizar la investigación. El controvertido presidente está siendo salpicado por un documento de 400 páginas que resume los hallazgos de la investigación de 22 meses del fiscal especial Robert Mueller sobre la trama rusa, absolvió a Trump de haber coludido con funcionarios de Moscú en su campaña hacia la presidencia en 2016, pero dejó abierta la duda sobre si había obstruido la justicia.

El reporte confirmó que agentes rusos intentaron interferir en las elecciones para ayudar a Trump a ganarle a la candidata demócrata Hillary Clinton, incluso hackeando cuentas de correo electrónico. El informe también encontró que el equipo de Trump se aprovechó del impacto que esto tuvo en la campaña de Clinton, pero no llegó a hacer un acuerdo deliberado para conspirar con los rusos durante las elecciones.

En Venezuela, Nicolás Maduro continúa en el cargo de presidente a pesar de la presión internacional y el reconocimiento de un grupo de países al opositor Juan Guaidó. Más allá de esta particularidad, lo cierto es que Maduro parece estar a punto de caerse desde hace meses aunque solo se mantiene -a duras penas- en pie por el respaldo de los militares. La crisis monumental que atraviesa el país con una inflación altísima y el desabastecimiento de productos esenciales dejan en evidencia debilidad de la gestión chavista. 

Y en Perú, la prisión preventiva para el octogenario expresidente Pedro Pablo Kuczynski y el suicidio del exmandatario Alan García abren polémica sobre los posible excesos de la justicia peruana para los presuntos involucrados en el escándalo de corrupción de la brasileña Odebrecht.

Kuczynski es el segundo exgobernante peruano en ser detenido en el marco del escándalo de corrupción de Odebrecht, que ha salpicado a cuatro exmandatarios del país andino. Ollanta Humala, que gobernó entre 2011 y 2016, fue el primero en cumplir prisión preventiva con su esposa Nadine Heredia por nueve de los 18 meses que le impuso un tribunal.

En Perú, el escándalo de la brasileña Odebrecht ha salpicado también al expresidentes Alejandro Toledo (2001-2006), que enfrenta un pedido de extradición desde Estados Unidos.














Autor: REDACCION

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