Editorial

Preservar el patrimonio

Días atrás este diario dio a conocer un pormenorizado detalle del trabajo que se viene haciendo desde 2001 a la fecha en cuanto a la reparación del adoquinado de las 217 cuadras que cuentan con ese sistema en el ejido urbano, de las cuales han sido convenientemente reparadas 107, y cómo de aquí a diciembre se piensan reparar otras 4 cuadras que ya están en marcha, el ciclo se completará con 111 cuadras. 

La nota en cuestión resulta informativa en la mayor parte de su desarrollo, aunque también se puntualizan muchos de los aspectos que hacen a un tema que fue muy debatido en su momento y continúa siéndolo en la actualidad, aunque la decisión política de la conservación del adoquinado por su carácter de patrimonio histórico, en su momento fue una manera de ponerle fin a la polémica, dando comienzo a una obra que se viene haciendo con limitados recursos y con un avance al que apenas puede calificarse de moderado, pero que no supo de claudicaciones y que hoy cuenta con la mitad del trabajo realizado. Visto así, en forma integral, resulta un paso sin dudas importante, que además tiene el valor de ser lo que se define como política de Estado, ubicándose más allá de otros intereses, habiendo sido llevada adelante hasta ahora a pesar del cambio de tres intendentes -aunque sí debe reconocerse, del mismo nucleamiento político-, y seguramente lo será en el futuro aunque se produzca un cambio en tal sentido.

Durante este lapso de 14 años se produjeron muy distintas etapas dentro de la economía, con varias crisis de las que periódicamente nos suelen afectar, pero aunque con diferentes ritmos de avance, la obra nunca se detuvo. Y ahora se puede observar el resultado, aún sin haberse destinado recursos especiales, más allá del bajo monto dispuesto en el pago de la tasas de inmuebles. 

Desde el mismo momento en que se puso foco sobre el tema del adoquinado, LA OPINION se expresó con firmeza en favor del reacondicionamiento, el que hasta 2001 en que se iniciaron esos trabajos, nunca había tenido mantenimiento desde que fue instalado en 1926.  Razón que no requiere de agregados para comprender el avanzado deterioro de muchos sectores y algunas cuadras completas realmente mal, pues incluso, en algunas ocasiones que se intentó alguna clase de reparación, se lo hizo con metodologías erradas, llegando a empeorar su estado. En este período de reacondicionamiento que viene sostenidamente desde hace 14 años ininterrumpidos, los resultados son muy satisfactorios y a la vista de todos, especialmente de los usuarios.

¿Qué el pavimento es mucho más rápido? Por cierto que es así, pero si al pavimento se lo sostuviera con el mismo flujo de recursos que a la reparación del adoquinado, es probable que el avance sería también parecido en lentitud. Hoy, debe recordarse, no se paga contribución de mejoras, lo cual en caso de aplicarse como probablemente sucedería con la pavimentación, debería ser abonado por los vecinos frentistas, con montos muy importantes y que seguramente desatarían otra polémica aún mayor que la del adoquinado sí, adoquinado no.

Son entendibles las razones que aportan los sostenedores de tapar con cemento los adoquines, aunque claro, si la cuestión es de rapidez, habría que dotar a ambos sistemas con iguales recursos y tendríamos entonces que los resultados no serían tan distintos. Si es de costos, tampoco hay grandes diferencias entre uno y otro. Si es de resultados, el piso bien reparado del empedrado tiene condiciones más que aceptables, muy parecido al que ofrece el pavimento. 

La tendencia de la preservación del adoquinado se está afianzando en todo el mundo, siendo habitual en Europa, en especial en ciudades de características medievales, donde se lo mantiene en forma integral, mientras que en muchas otras urbes que fueron modernizándose, se mantuvieron calles adoquinadas completas en determinados sectores. Un dato importante, que aporte al tema, es que en algunos barrios porteños, como el tradicional San Telmo por ejemplo, calles adoquinadas que habían sido cubiertas con cemento hace varias décadas, ahora están recuperándose con su diseño tradicional por razones históricas. 

Autor: REDACCION

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web