Editorial

Presencia femenina

Aun cuando las mujeres tienen una fuerte presencia de liderazgo político en nuestro país, representado por María Eugenia Vidal -la de mejor imagen entre todos los políticos-, Elisa Carrió -encabeza el ranking de honestidad-, Cristina Kirchner, Margarita Stolbizer, Gabriela Michetti, Graciela Ocaña y Carolina Stanley, entre las que más sobresalen, la participación femenina en cargos del Estado y en algunos otros estamentos institucionales, todavía se muy baja. De tal manera la sostiene un informe de las Naciones Unidas, tomando como sustento los cargos que ocupan las mujeres en el Congreso, el Poder Ejecutivo y la Justicia.

Eso sucede aún cuando existe una ley  de cupo femenino en las boletas electorales, lo que si bien se cumple, no alcanza para alcanzar una relación algo más equilibrada con los hombres, bien pudiendo decirse que hoy la Argentina está en situación parecida al resto de los países de Latinoamérica.

Días atrás la Subsecretaría de Políticas de Género y Equipo de Fortalecimiento de Derechos dio a conocer un detalle sobre la participación de mujeres en cargos de decisión, apareciendo la provincia de Santa Fe en posición destacada, siendo la única que visibiliza todos estos datos, teniendo esa participación un 34,4% según mediciones al mes de diciembre de 2016.

En el Poder Ejecutivo santafesino, sobre un total de 491 cargos de decisión son ocupados por mujeres 135 de ellos, mientras que en el Legislativo, sobre 50 diputados son mujeres 18 de esas bancas, en tanto en el Senado hay una sola mujer sobre los 19 representantes departamentales, y en el Poder Judicial una sola mujer integra la Corte Suprema de Justicia. Pasando al área de gestión, sobre 363 municipios y comunas santafesinas, hay sólo 7,7% de los cargos cubiertos por mujeres, con 8 intendentes sobre 51 municipalidades al promedio de 15,6%, mientras que a nivel de comunas la participación es más baja, con 20 presidentas comunales sobre 312 comunas, arrojando apenas el 6,4 por ciento.

Si pasamos a los ministerios de Santa Fe, tenemos que en Educación el 55,3% de los cargos son ocupados por mujeres; en el de Salud el 45%; en el área de Seguridad se baja al 12,2%; en el de Infraestructura y Transporte es aún más reducido con 7,89%.

Dejando lo que sucede en Santa Fe, tomándose como destacado, la perspectiva nacional es mucho más baja y por lo tanto complicada, señalando el informe de Naciones Unidas que "la representación política de las mujeres en Argentina ha encontrado un techo que parece difícil de superar sin producir nuevas reformas".

Con datos relevados en 2015 se dejaba constancia que la presencia de candidatas para el Congreso fue de 41,8% y resultando electas 37,5%, sosteniéndose que "el punto crítico en la Argentina no es que la cuota de género no haya favorecido una mayor elegibilidad de las mujeres, sino que, visto desde lo paritario se ha llegado a un techo", añadiendo el informe "esto impone un escenario en el cual el salto paritario es improbable bajo el mismo diseño".

De tal manera la Argentina descendió posiciones en el ranking internacional de mujeres en el Parlamento de la Unión Interparlamentaria, ubicándose detrás de países como Bolivia, Ecuador o México, que han avanzado en el establecimiento de la paridad política de género.

También llama la atención la escasa presencia de mujeres en gabinetes ministeriales (13,6% en 2016), además de su total ausencia en sectores asociados con temas productivos, destacándose además que sobre un total de 22 carteras ministeriales del Gabinete nacional en 2016, poco más del 10% tenía a una mujer como titular. En los tres últimos períodos el porcentaje de ministras descendió más de 10 puntos, pasando de un promedio de 25,8 % (entre 2007/2011) a 16,6% en 2016.

En lineamientos generales, la situación en el país puede calificarse de "crítica", ya que de cada diez puestos de autoridad, menos de dos son ocupados por mujeres, un promedio que está muy lejos de alcanzar la paridad de género. Queda en consecuencia un campo totalmente abierto para ir sumando iniciativas y equilibrar espacios en los cargos de decisión.

Autor: REDACCION

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