Acción Animal también facilitó información acerca de las aves en las ciudades, cuyo texto se reproduce seguidamente.

Los estudios adelantados en la ciudad de Buenos Aires reportan un total de 274 especies de aves (Narosky & Henschke, 2005), por lo que puede considerarse una de las metrópolis con mayor número de especies en el mundo. Teniendo en cuenta que, de acuerdo con la Asociación Ornitológica de la Plata, en Argentina se observa un total de 975 especies de aves –muchas de ellas endémicas de esa región del planeta–, cabe destacar que más de la cuarta parte se observa (se refugia) en la ciudad de Buenos Aires. Lo que demuestra con toda claridad que las ciudades son áreas muy relevantes en lo relativo a la conservación de la avifauna.

El Central Park de Nueva York, un lugar por el que 200 especies de aves migratorias pasan cada primavera y cada otoño, y que es considerado por la New York City Audubon Society como uno de los diez mejores lugares para observar aves en Estados Unidos (Vomberger & Winn, 2005).

Si las aves forman parte de los asentamientos humanos, no solo porque ellas osadamente los colonicen, sino porque los diseñadores y planificadores urbanos las incluyan en sus proyectos como elementos fundamentales, y en consecuencia, arboricen sus diseños con las especies que les brindan alimento, ellas realizarán las funciones ecológicas y ambientales que les son innatas, y colaborarán con la sustentabilidad de los centros urbanos. Debemos empezar a diseñar ciudades para las aves… y para la gente.

En Latinoamérica, el interés de los ornitólogos por las aves que habitan en las ciudades creció de manera inusitada en las dos últimas décadas, de modo que se han desarrollado innumerables investigaciones en áreas específicas (universidades, parques, zonas residenciales) de muchas ciudades. Estos estudios se enmarcan dentro de los conceptos de la ecología urbana demuestra que el estudio de las aves que se refugian actualmente en las ciudades, es un fenómeno de interés internacional; estudios que evidencian que las ciudades se han constituido en importantes áreas para la conservación de muchas especies. Si los planificadores, urbanistas y arquitectos toman en cuenta la importancia de estos trabajos, diseñarán en el futuro mejores ciudades, tanto para las aves como para la gente.

Mientras vemos que la problemática de aves continúa en Rafaela después de largos años de trabajar en la propuesta mencionada que fracasó en sus intenciones, cabe plantear la necesidad vital de gestar un proceder ético respecto de la vida, reproducción y supervivencia de las aves y la fauna urbana en nuestra geografía tal como lo demuestran estudios internacionales vigentes que respetan la vida, la naturaleza y nuestro vínculo con los demás animales.