Era una decisión largamente anunciada que recién ahora se plasmó en un proyecto de ley concreto: Cambiemos, que gobierna Nación, Provincia de Buenos Aires y Ciudad, y acaba de ganar en los cinco principales distritos del país, decidió que el ajuste no solo impacte sobre los bolsillos de millones de familias argentinas, sino también en la siempre intocable "clase política".
Si prospera la primera etapa de ese plan oficial, ese gigantesco ´monstruo´ inmanejable que es la provincia de Buenos Aires, empezará a dejar de ser, aunque sea en parte, una pesada mochila para los contribuyentes.
María Eugenia Vidal resolvió poner en revisión 150 cargos de la estructura jerárquica del gobierno provincial, impulsa una nueva Ley de Ministerios para evitar "superposiciones" de tareas operativas y buscará suprimir absurdas "jubilaciones de privilegio".
Además, prevé recortar en unos 2.500 millones de pesos la siempre dispendiosa caja de la Legislatura provincial y poner punto final a exenciones impositivas para actividades partidarias y gremiales en la Provincia, lo que en Cambiemos consideran otro "absurdo".
"Es ahora o nunca", creen en el oficialismo, tras la resonante victoria alcanzada el domingo en las legislativas, cuyo epicentro fue el triunfo sobre Cristina Fernández en territorio bonaerense.
Un dato pinta de cuerpo entero algunas incongruencias que también se repiten a nivel nacional: en la Provincia hay 2.000 cargos políticos y judiciales que perciben más remuneración que la gobernadora.
En la administración de Vidal creen que estos cambios permitirán dar el puntapié inicial para dotar de alguna mayor racionalidad a la política. El triunfo del 22-O dejó a Vidal en inmejorables condiciones para avanzar en estas reformas, ya que quedó a tiro de tener quórum propio en la Legislatura. En la provincia, Cambiemos se logró imponer en los distritos más importantes en cuanto a cantidad de votantes.
Así, la Cámara de Diputados provincial quedará conformada desde el 11 de diciembre con, al menos, 44 diputados de Cambiemos, el FpV tendrá 29; el Fpv/PJ, 4; Partido de la Victoria, 1; y el Frente Renovador-GEN suma 14.
Así, el oficialismo quedó a tiro de obtener la mayoría, lo que permitirá encaminar esos proyectos con mayor fortaleza política.
UN GRAN ACUERDO
Mauricio Macri dice que se mantendrá el gradualismo, pero está convencido, en línea con el reclamo del empresariado, de que llegó la hora de acelerar los tiempos de algunas reformas que considera imprescindibles. Para ello, aspira a que la reunión de este lunes con el establishment -políticos, legisladores, empresarios y gremialistas, entre otros- permitirá convocar finalmente a un gran acuerdo para hacer reformas clave.
La pretensión, a la que siempre la política le termina poniendo algún límite, es acelerar el gradualismo en todas las áreas del Gobierno. Reformas en materia impositiva, laboral, educativa y apertura económica serán algunos de los títulos.
"Hay que sacar a la Argentina de la pobreza", es la base del discurso.
Habrá que ver si el presidente logra convencer a sus interlocutores en un predio que -todo un símbolo- se llama Centro Cultural Kirchner (CCK), y que, paradojas de la vida política, mantiene las placas de su reinauguración -antes era el Correo Argentino-, que llevan los nombres de Julio De Vido y José López, dos exkirchneristas ahora caídos en desgracia por escandalosos hechos de corrupción investigados por la Justicia.
El otro gran frente de negociación será con los gobernadores por el reparto de los fondos públicos. Por las dudas, la liga de gobernadores se reunió esta semana, con invitados especiales como el santafesino Miguel Lifschitz, para marcar cierta armonía de cara a la puja con el Gobierno nacional teniendo como punto de partida aquella pragmática consigna de que "la unión hace la fuerza".