BARCELONA, 20 (AFP-NA). - La policía española trataba
este sábado de encontrar a uno de los últimos miembros aún fugados
de la célula yihadista que cometió los atentados de Barcelona y
Cambrils, ambos reivindicados por el grupo Estado Islámico (EI).
Tras el atentado de Barcelona, que causó 14 muertos y más de
120 heridos, la organización yihadista reivindicó este sábado el
de Cambrils, en el que murió una persona y seis resultaron
heridas. También este sábado, el EI se atribuyó un ataque con
cuchillo en Rusia que dejó siete heridos.
El gobierno español decidió no obstante mantener el nivel de
alerta antiterrorista en 4 sobre una escala de 5, al estimar que
no hay elementos "que apunten a la comisión de un atentado de
manera inminente", indicó el ministro del Interior, Juan Ignacio
Zoido.
El nivel 5 implicaría la presencia de militares en las
calles.
El ministro afirmó que la célula, compuesta por una docena de
personas, ha quedado "desmantelada".
Sin embargo, el consejero de Interior del gobierno regional
catalán, Joaquim Forn, se mostró más cauto, afirmando no poder
"dar por finalizada" la investigación hasta que se conozca el
paradero o se detenga "a las personas que creemos que forman parte
de esta célula terrorista".
La policía seguía buscando con ingentes medios al marroquí
Younès Abouyaaqoub, de 22 años, del que se difundió una
fotografía.
Según medios españoles, sería el conductor de la camioneta
blanca que el jueves por la tarde arrolló a más de un centenar de
personas en La Ramblas de Barcelona y mató a 13.
Una información que las autoridades catalanas se niegan a
confirmar, reiterando que el conductor de la camioneta sigue sin
ser identificado.
Horas después del ataque en Barcelona, un Audi A3 embistió a
varios peatones en el paseo marítimo de Cambrils, pequeña localidad
120 km más al sur, y acabó chocando contra un coche de la policía
catalana. En el atentado falleció una transeúnte.
En el tiroteo que se produjo a continuación murieron a tiros
los cinco ocupantes del vehículo, que llevaban falsos cinturones
de explosivos, un hacha y cuchillos.
Hasta el momento, el balance es de cinco integrantes del grupo
abatidos, cuatro detenidos y tres más identificados.
Dos de estos últimos podrían haber muerto en una explosión
ocurrida el miércoles en una casa de Alcanar, un pueblo a 200 km
al sur de Barcelona, donde el grupo estaba tratando de
confeccionar explosivos.
REGISTRAN LA
CASA DE UN IMÁN
Uno de los epicentros de la investigación se encuentra en
Ripoll, un pueblo catalán de 10.000 habitantes al pie de los
Pirineos. En él vivieron siete integrantes de la célula y este
sábado fue registrada la casa del imán Abdelbaki Es Satty, según
su compañero de piso.
Nourdden, el compañero del imán, explicó a la AFP que era
alguien "normal", y que lo vio por última vez el martes: "me dijo
que se iba a ver a su mujer a Marruecos".
El piso, al que pudo acceder la AFP, era pequeño, de menos de
50 m2, y estaba decorado muy modestamente. En la habitación del
imán no quedaba nada, aparte del colchón, una mesita y unas
estanterías.
En Ripoll vivían tres de los atacantes abatidos: Moussa
Oukabir, de 17 años, Said Aallaa, de 18, y Mohamed Hychami, de 24,
los tres marroquíes. Allí residió también Younes Abouyaaqoub, y
fueron detenidos tres sospechosos.
"Lo conocía de vista, pero es gente de la que no esperas una
cosa así", dijo a la AFP Joan Gallego, un vecino de 47 años,
refiriéndose al joven Younes. "Eran buena gente, no tenían
antecedentes", añadió.
"Si un gobierno como el de Londres, como la CIA y el gobierno
estadounidense, o España con el CNI (Centro Nacional de
Inteligencia), e incluso el gobierno de Cataluña con los Mossos
dEsquadra (policía regional), no es capaz de frenarlos, ¿cómo va a
frenarlo el ayuntamiento de un pueblo de 10.000 habitantes con 14
policías?", abundó el alcalde Jordi Munell, en una entrevista con
la AFP.