Editorial

Pobreza tironeada

Mientras los que conforman la legión de la pobreza no encuentran salida para vislumbrar un futuro mejor, salvo el asistencialismo que los ayuda a hacer algo menos penosa su existencia, se encuentran en plena ebullición una verdadera disputa por los índices que establecen la cantidad de pobres y de indigentes, esta última categoría la más baja de la escala. En realidad, lo que debe decirse es que existe un absoluto tironeo, con la pobreza de por medio, mientras las verdaderas soluciones, las que deben tener características definitivas, siguen sin aparecer. 

Hubo todos estos años un importante crecimiento económico y el gasto destinado al sostenimiento de las clases más carenciadas, esa anchísima base de la pirámide social, ha sido muy importante. El subsidio consistente en la asignación por hijo de familias de desocupados, los planes familiares e individuales, más toda la ayuda que se ofrece tanto en los niveles nacionales, provinciales y municipales, sumado a las organizaciones no gubernamentales que también aportan, constituyen una masa voluminosa, pero en realidad no es suficiente. Es decir, no alcanza para el presente, pero mucho menos aún pensando en el futuro, ya que la pobreza la única forma de combatirla en serio, es con trabajo, con estabilidad de la moneda, con educación y con la vigencia de sanas costumbres. Muchas veces se ha dicho, y nosotros lo hacemos propio, que el asistencialismo -si bien necesario en determinadas circunstancias y momentos- es pan para hoy y hambre de mañana.

Hoy existe lo que bien podría denominarse una guerra fría en las estadísticas de la pobreza, donde el gobierno nacional con los datos del INDEC lucha a brazo partido para imponer sus índices, que establecen hoy la pobreza en 6,5%, y que al decir de algunos anticipos que se dejaron trascender, existe la posibilidad de modificar la metodología de medición, que haría bajar muchísimo más. Pero claro, se sospecha, con sólidos fundamentos provenientes de otras mediciones, que la pobreza es muchísimo más que ese tacaño 6,5%, al menos el triple de acuerdo a otros organismos, incluso con cierta afinidad con el gobierno. Partamos de una base: la canasta para no ser pobre es de 1.600 pesos, con eso debe subsistir una familia conformada por matrimonio y dos hijos en edad escolar. Sin demasiado análisis se lo puede calificar como un verdadero absurdo.

Es así que lo oficial y reconocido por el gobierno es que con 6,5% de la población en la pobreza, hay 1.650.000 pobres, y si además añadimos 1,7% de indigencia tenemos otras 443.000 personas afectadas, con lo cual apenas si se superan los 2 millones de afectados. 

Sin embargo, en esta guerra fría de la información y las estadísticas, tenemos una medición de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), da cuenta de 37,4% de pobreza, equivalente a 14 millones de personas. Una distancia abismal, ya que de acuerdo con el gremio hay 12 millones de personas a las que el gobierno no reconoce como pobres, por lo tanto partiendo de un diagnóstico tan equivocado -de ser certero el dato- mal se puede entonces aspirar a procurarle las debidas soluciones. La abismal distancia entre uno y otro es que mientras para el INDEC alcanzan 1.600 pesos, en cambio para ATE hay que tener un ingreso mínimo de 5.500 pesos para no caer en la pobreza.

La Fundación Libertad ubica la pobreza en 30% de la población, advirtiendo que si fuese realidad la medición del gobierno y con el valor de esa canasta alcanzara, entonces en la Argentina habría menos pobres que en Suiza. En tanto las provincias que miden la pobreza en forma independiente, como Córdoba, Santa Fe y San Luis, el ingreso básico oscila entre 3.300 y 3.900 pesos. Dentro de la misma tónica se encuentra el diputado Claudio Lozano, quien dispone de mediciones propias, quien fija el valor de la canasta en 4.170 pesos, apuntando que 8 de cada 10 trabajadores ganan menos de 5.000 pesos, siendo el promedio de 3.200, con lo cual la situación social es sumamente comprometida.

Pero hay más, la CTA oficialista de Hugo Yasky tiene su propia medición en el 21% de pobreza, en tanto que el Barómetro de la Universidad Católica Argentina mide en baja con 21,9% de pobreza y 5,4% de indigencia, mientras que la consultora Management & Fit es quien da el registro más bajo con 18,1% -aunque triplicando al oficial-, y para la Fundación Mediterránea el 25% de la población no accede a la canasta básica.

Autor: Redacción

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