En medio de la campaña electoral en la que, por momentos, no hay modales ni reglas y vale casi todo en busca de los votos, la cuestión de los planes sociales y sus beneficiarios se han transformado en una tendencia en el debate político, más aún con las movilizaciones de los movimientos sociales que reclaman al Estado nacional actualización de los subsidios y que se declare la emergencia alimentaria.
Entonces, el interrogante que se actualiza una y otra vez remite a la transparencia en el otorgamiento de los planes sociales y qué hacen los beneficiarios a cambio de ese aporte que reciben del conjunto de la sociedad. ¿Deben devolver con una tarea social esa asistencia que reciben? No pocos argentinos tienen la sensación de un uso político de los movimientos sociales, que a través de protestas y concentraciones en el centro de la Ciudad de Buenos Aires negocian permanentemente la entrega de fondos para financiar -se dice- el funcionamiento de comedores comunitarios y otras iniciativas de carácter solidario.
La idea que prevalece en ciertos sectores es que los militantes de esas organizaciones sociales reciben los subsidios pero que encima cortan reiteradamente el tránsito y complican la vida de los argentinos que trabajan. Y que por sus supuestos vínculos con un sector político juega un papel no tan secundario en desgastar a administraciones de otro signo.
Lamentablemente no hay una información pública total que transparente este tipo de datos sobre los planes sociales. Desde el Gobierno se insiste en que en los últimos años se ha ganado en transparencia porque el dinero ya no se le da a punteros políticos sino que se deposita en una cuenta bancaria a nombre del beneficiario. ¿Pero hay completa certeza de que el beneficiario no tiene que pagar un porcentaje al puntero, al que debe en algunos casos las gestiones para poder estar en esas listas para cobrar subsidios?
Por tanto, lo ideal es que el Gobierno podría informar en los sitios webs la nómina de beneficiarios con un desagregado geográfico, diciendo claramente cuántos hay en Rosario, Bariloche, Jujuy, Posadas o Rafaela. Y que cada argentino pueda consultar, si lo desea, esas listas. Mientras parece que se esconde el tema da lugar a las sospechas de que la política aún se aprovecha de la vulnerabilidad de la mayoría de los beneficiarios de los planes asistenciales.
Tampoco hay datos sobre si quienes perciben las ayudas sociales dan algo a cambio o se comprometen a ir a la escuela o capacitarse en un oficio o una carrera que les permita aumentar sus competencias laborales. En este país de las grietas, hay argentinos que se levantan a las 6 de la mañana para ir a trabajar y piensan que parte de lo que generan va a parar al bolsillo de un "planero" que se queda en su casa durmiendo hasta la hora que quiere sin tener que cumplir mayores obligaciones para compensar el subsidio.
En medio de este debate, el candidato a vicepresidente por Juntos por el Cambio, Miguel Pichetto, afirmó que los movimientos sociales "no laburan" y son "una de las causas del endeudamiento público". El senador nacional se despachó sin filtro contra las agrupaciones que la semana pasada cortaron la Avenida 9 de Julio y calles en otros puntos del país para reclamar que se declare la emergencia alimentaria.
El compañero de fórmula del presidente Mauricio Macri subrayó que se trata de "sectores para los cuales el Estado hace un esfuerzo extraordinario y es una de las causas del endeudamiento público mantener el sistema de seguridad social de la Argentina". Al respecto, destacó que el 65 por ciento del total del Presupuesto está comprendido en planes, piqueteros, cooperativas de la pobreza, cartoneros, multinacionales del cartón.
De alguna manera, Pichetto dijo lo que muchos en el país piensan. De que los "planeros" forman parte de espacios dirigidos a conmocionar el espacio público, a ayudar un poco a debilitar más al Gobierno. Consideró que el Gobierno le ha dado a estas personas que no laburan una parte vital del Presupuesto que podría haber dedicado a las PyMEs, a créditos para la producción y para generar empleo.
Al cruce de Pichetto salió Mayra Arena, una estudiante de Ciencias Políticas que se hizo conocida con su charla TED "qué tienen los pobres en la cabeza". Afirmó que "Pichetto dice una animalada como ésta buscando incentivar el odio entre nosotros, sus declaraciones sacan el instinto animal que tenemos los más podres".
Por su parte, el presidente de Techint, uno de los grupos económicos más poderosos de la Argentina con fuerte inserción internacional, Paolo Rocca resaltó que la gente "no quiere planes, quiere empleos". Al disertar en un panel organizado por la Asociación Empresaria Argentina (AEA), en la que se debatieron las políticas de corto y largo plazo que necesita el país, el líder de la multinacional subrayó que para generar confianza hay que tener una visión de largo plazo y que en este esquema el crecimiento es empleo y el empleo es integración social.