Por fin tenemos buenas noticias, son solo de corto, cortísimo plazo, pero luego de tantas expectativas negativas vamos a demostrar que esperamos variables más calmas de las que creíamos para los próximos meses.
Mientras el dólar oficial sigue un programa de devaluación diaria que va copiando el índice de inflación, veníamos monitoreando el comportamiento de los dólares paralelos y esperábamos que estos aumenten su brecha, sin embargo esto probablemente no pase en el corto plazo.
Siempre en los primeros meses del año hay una caída de la demanda de pesos y presiones a la suba del tipo de cambio con la búsqueda, por parte de los agentes económicos, de un refugio de valor que se encuentra en el dólar y las mercaderías atadas a este. Como las reservas del BCRA están por el subsuelo, y faltan meses para llegar a las liquidaciones de exportaciones del grueso de la cosecha, aparecen las amenazas de subir retenciones al agro con la intención que se apuren a liquidar, quienes necesitan hacerlo y desean evitar la posible suba del impuesto a la exportación.
Por el lado del dólar blue, vemos como se observa que aparece oferta en este ilegal mercado, la que podría provenir de exportaciones subfacturadas, dada la tentación que produce la diferencia entre liquidar el blanco a un dólar de $60 y uno de $150 en el informal. Con algunos pocos arriesgados que realicen esta maniobra, se alimenta fácilmente un mercado marginal, que no supera los diez millones de dólares diarios en todo el país, y plancha el precio.
También los contribuyentes del flamante impuesto a la riqueza contribuirían al la baja de la inflación, vía aumento de demanda de pesos y baja del precio del blue. Dado que estos perjudicados ciudadanos no tienen ahorros en pesos, deberían a salir a vender dólares atesorados para pagar el impuesto. Esto aumenta la demanda de pesos, que ayuda a controlar el índice de precios y aumenta la oferta de dólares que controla la suba de este.
El citado impuesto vence a fines de marzo, por lo que ese mes las cuentas fiscales serán superavitarias, ya que este representa aproximadamente un mes entero de recaudación, dependiendo de cuanto sea la recaudación del mismo, ya que algunos se atrasarán y otros ya advirtieron que judicializarán el pago del mismo. Independientemente de esto último, el gobierno gana tiempo para llegar a la cosecha y su correspondiente liquidación de divisas que comienza con los maíces tempranos de abril y cierra con las cosechas de segunda en julio, justo para las PASO.
Otro cambio en impuestos traería alivio al sector comercial, hablamos de la suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias que afecta a muchos trabajadores, todo cambio en este mejora el consumo y dará alivio a los comerciantes que apuntan a este sector.
Todas son medidas de corto plazo, porque se piensa cortito, solo hasta las elecciones y no se planea un país que crezca y se desarrolle a futuro. Pero detengámonos y dejemos un ápice de duda y con buena intención pensemos que este tiempo ganado pueda servir para hacer algunos cambios estructurales que mejoren la productividad del país a largo plazo.
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