Editorial

Pesimismo y desconfianza

Generalmente los tiempos de cambio pueden alimentar esperanzas de que lo que está por venir será mejor. Al menos los brindis de Año Nuevo incorporan ese espíritu idealista de que las cosas van a ser mejores en el futuro, como si en un acto mágico surgieran las soluciones a las calamidades de la hora. De todos modos, habrá que reconocer que esos diez minutos en los que se rozan las copas en los primeros instantes del año que nace permite recuperar una esencia más optimista y cambiar la perspectiva sobre los problemas. Es un momento en el que se vuelve a creer, lo cual no es poco ante tanto escepticismo dando vueltas. 

Y si hablar de estados de ánimos se trata, por estos días reinan sentimientos encontrados, algo de esperanza por la asunción de un nuevo gobierno en la Argentina, incertidumbre por cuáles serán las medidas que tomará para enderezar una economía atrapada en el laberinto de la crisis que suelen dejar ganadores y perdedores y una indisimulable depresión por la persistencia de la recesión. ¿Cómo modelar las expectativas para el nuevo tiempo que llega la semana que viene con el traspaso del mandato en la Casa Rosada? Esa es la cuestión. 

Por el momento, el termómetro de estos días revela un clima incómodo en el que el pesimismo pareciera ganarle la pulseada al optimismo en determinados sectores de la economía, como el de la construcción o el agropecuario según se desprende de encuestas difundidas esta semana. 

En este escenario, la desconfianza de los productores agropecuarios argentinos creció y las expectativas a futuro también son pesimistas, según un índice privado. El 76% de los productores piensa que los próximos 12 meses serán malos tiempos financieros para el sector agropecuario y casi el 80% cree que es un mal momento para realizar inversiones. Mientras que el 67% confirmó que ha utilizado alguna estrategia de cobertura de precios para la campaña de granos 2019-2020. 

Así lo indica la nueva edición del índice "Ag Barometer Austral", elaborado por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, que revela que por primera vez, desde que se hace, los productores argentinos ven con igual pesimismo el futuro que la situación presente. El índice se había desplomado en septiembre, en relación al máximo nivel de confianza alcanzado en julio. En su momento, se había hablado del efecto del resultado electoral de las primarias en las expectativas de los productores.

Ya con el resultado final de las elecciones generales, esta tendencia se ha profundizado marcadamente y el índice ha llegado en la edición de noviembre 2019 a un mínimo histórico. Los productores se ven tan mal en el futuro como en el presente, dijo el informe. La medición de expectativas futuras -que incluye percepciones sobre cómo estará su explotación a un año y sobre la economía agropecuaria en los próximos meses y en los cinco años venideros- es el que muestra el mayor deterioro cayendo de 80 en septiembre a 64 en noviembre, resultando en el valor mínimo de toda la serie.

Un 39% de los productores manifiesta estar peor financieramente con respecto a un año atrás y 79% piensa que es un mal momento para realizar inversiones. En cuanto al futuro, un 55% de los productores opinan que de aquí a 12 meses sus empresas van a estar peor financieramente, obteniéndose un índice de 63 para esta pregunta.

Por otro lado, siete de cada diez empresarios encuestados del rubro de la construcción creen que esa actividad se mantendrá igual o empeorará en los próximos 12 meses, según un sondeo privado. Sólo el 18% de los encuestados considera que habrá una reacción positiva durante 2020, en el primer año de gestión de Alberto Fernández como Presidente.

Los datos surgen del estudio de Opinión Construya (IE-EOC) que mide cómo evolucionará la construcción en los próximos doce meses, en base a las encuestas realizadas a los profesionales del sector. Según el relevamiento, el 37% cree que la industria de la construcción se mantendrá igual mientras que el 35% estima que disminuirá. Al desagregar a los encuestados que conformaron la base de 416 de este estudio por actividad, los más positivos con respecto a esta pregunta de expectativas de evolución a futuro fueron los distribuidores de materiales y las inmobiliarias ambos con el 23%.

Respecto a la evolución de la actividad en los últimos doce meses la mayoría de los encuestados señaló una disminución de su nivel de actividad. Del total, el 5% indicó que su actividad aumentó; otro 14% señaló que se mantuvo y el 80% indicó que disminuyó mientras que un 2% no contestó.

Si el campo y la construcción están de capa caída, el comercio y la industria no están mejor. Más allá del esfuerzo discursivo del presidente electo, que parece no impactar en el plano de las expectativas, lo que importarán son sus acciones para ver si mejoran las perspectivas. 





Autor: REDACCION

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