Con un contexto internacional incierto a partir de las tensiones comerciales, que por momentos se suavizan y en otros se tornan más tirantes, entre Estados Unidos y China, las dos primeras potencias económicas a nivel global, en la Argentina nadie puede predecir qué puede suceder en el futuro cercano más aún considerando los avatares propios del proceso electoral que permitirá medir el malhumor social y en el que dos modelos de país están en pugna. La reciente devaluación del yuan, la moneda china, respecto al dólar constituye otro factor de riesgo que incidirá negativamente sobre las economías emergentes, entre ellas la argentina.
En el país, una tibia recuperación de determinados indicadores económicos, calificados a veces como brotes verdes, puede ser efímera. Casi como en un juego de mesa, la Argentina avanza y retrocede casilleros con suma cero. De ahí que tratar de medir expectativas se torna en una tarea con grandes márgenes de error.
En este contexto, los empresarios que forman parte del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) estimaron que durante este segundo semestre sus compañías van a vender e invertir más, pero aclararon que eso no se traducirá en una mayor creación de empleo. Así surgió de la Encuesta de Expectativa de Ejecutivos de IDEA presentada la semana pasada, que reflejó que durante el primer semestre del año, los resultados del relevamiento anterior (realizado en octubre de 2018) estuvieron "cercanos a las expectativas".
El estudio, realizado por la consultora D´Alessio Irol, se concretó durante julio último y abarcó a 212 ejecutivos de IDEA, de los cuales dos tercios pertenecen a compañías de servicios y el tercio restante, a la industria. Para los ejecutivos, los "factores positivos" de la situación económica del país son la estabilidad cambiaria, la desaceleración de la inflación y el equilibrio fiscal.
Mientras, entre los negativos, advirtieron por la devaluación, la falta de reactivación económica y la pérdida de empleo.
De acuerdo con los resultados -al menos hasta las elecciones presidenciales de octubre- un 70% de las empresas esperan un aumento en sus ventas; el 46% confía en incrementar sus inversiones y un porcentaje similar considera que las exportaciones continuarán con el nivel actual. Los niveles de inversión están por encima del promedio de los últimos ocho años, y continúan estables con respecto al semestre anterior.
Con relación al empleo, casi la mitad de las empresas admitió que no tendrá cambios en sus plantillas de trabajadores, aunque un 39% anticipó que "espera incrementar su dotación". En tanto, tanto para empresas grandes como para medianas y pequeñas, un 39% de los consultados aguarda mejoras en su rentabilidad y un porcentaje similar, cree que no verá modificaciones.
El nivel de operación de las compañías, por su parte, se mantiene muy similar al del año pasado: la capacidad instalada se encuentra entre el 50% y el 70% para el 32% de los consultados, y por encima del 85% para un porcentaje igual. En cuanto al comportamiento de las principales variables de la economía, la mayoría de los empresarios estima que el dólar y el riesgo país tendrán "pequeñas oscilaciones" hasta las elecciones de octubre, mientras que las tasas de interés "continuarán bajando".
Para los negocios empresarios, los ejecutivos consideraron imprescindible una reforma impositiva y el acceso a financiamiento. En este punto, los cambios en materia tributaria son significativas tanto para la industria como para los servicios, pero para la primera es primordial la obtención de crédito, y para los segundos, los salarios y la "atracción de personal idóneo".
Los empresarios estimaron, también, que los "temas urgentes" que debe resolver el país son básicamente la reforma impositiva, la Justicia y la educación básica. Asimismo, atribuyeron los problemas de la economía nacional al déficit fiscal, la falta de acuerdo entre distintas fuerzas políticas y la confianza. Por último, recomendaron al Gobierno informar "con claridad" las medidas que tome, contener la inflación y concentrarse en la estabilidad económica.
De todos modos, este optimismo a cuenta gotas que mostró un sector del empresariado nucleado en IDEA puede modificarse teniendo en cuenta lo cambiante que resulta la realidad. Una encuesta del mes pasado puede quedar vieja ante las últimas vicisitudes relacionadas a la disputa comercial entre estadounidenses y chinos. Más allá de los enormes esfuerzos que hace el gobierno para contener el dólar y con eso reducir la inflación, la profundización de la pelea a escala global puede pulverizar los pequeños logros domésticos incluso con más fuerza que el escenario electoral.
En este marco, consultoras y analistas mantuvieron su pronóstico de inflación para este año en 40%, un tipo de cambio de $50 para diciembre y una mayor caída del Producto Interno Bruto, indicó el viernes el Banco Central. Como se puede observar, en la Argentina todo está atado con alambres del más fino.