La brecha entre los que más dinero tienen en la Argentina y los pobres quedó una vez más al descubierto con el nuevo informe sobre la situación socioeconómica de las familias argentinas. Que cuatro de cada diez personas sean pobres en nuestro país es inaceptable, indignante y vergonzoso. No es el resultado de las políticas de los últimos cuatro años sino el legado de los políticos que ocuparon los máximos cargos de los gobiernos en las décadas precedentes. No se puede tolerar las postales de una nación agrietada como la nuestra, con niños recorriendo basurales en busca de alimentos que fueron desechados. En este marco, analizar la economía con perspectiva de género representa hoy también un nuevo campo de estudio para exponer las desigualdades bajo la luz del debate público.
Un relevamiento realizado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), expone que la brecha patrimonial refiere a la desigual distribución de las propiedades entre varones y mujeres, considerando como fuente primaria de estudio la base del Impuesto a los Bienes Personales de AFIP del año 2018. Las mujeres que son alcanzadas por el impuesto a los Bienes personales en Argentina representan un 34% del total y al considerarse el valor de los bienes que poseen, esta cifra desciende a 28,3%, lo que evidencia una distribución asimétrica en la titularidad de los patrimonios según género y una masculinización de la riqueza, de acuerdo al estudio.
El informe, denominado "Economía con perspectiva de género: de la brecha salarial a la brecha patrimonial" publicado por Télam, da cuenta que la cantidad de mujeres alcanzadas por el impuesto a los Bienes Personales en Argentina, considerado como el más progresivo de la estructura tributaria y que se aplica sobre el patrimonio, sumó 237 mil casos aproximadamente, una cantidad equivalente a la mitad del total de varones comprendidos por el tributo. De esta manera, del total de las personas alcanzadas por el impuesto, el 34% corresponde a mujeres y el 66% a varones.
El documento explica que el impuesto a los Bienes Personales se aplica sobre el valor total del patrimonio de cada persona y el monto mínimo a partir del cual se aplicaba en el año 2018 era de $1.050.000 en valores patrimoniales, es decir que quienes superaban ese monto, debían pagar una cifra proporcional según el rango de sus valores patrimoniales. A su vez, en el informe destacaron que, si se observa el valor de los bienes en posesión de los varones respecto de las mujeres, para el año 2018, sobre el total de bienes declarados, el 72% corresponde a los varones y el 28% restante a las mujeres, lo cual significa que no solamente las mujeres son un tercio de los titulares del impuesto a los Bienes Personales, sino que además el valor de sus bienes es aún más bajo que ese tercio que representa su titularidad.
Desde CEPA plantearon, a partir de este análisis, una definición que vincula categorías como género y situación social al sostener que "la feminización de la pobreza tiene su contrapartida en la masculinización de la riqueza". Asimismo, desde CEPA analizaron la brecha de ingresos en el sector privado registrado, ya que por sus características, es el que más se acerca según su fisonomía a las personas aportantes en Bienes Personales. En este sentido, indicaron que para el año 2019, las mujeres percibieron, en promedio, una masa salarial 23% más baja que la de los varones. De este modo, un 28% del total de las mujeres se encuentra en el segmento de menores ingresos (desde 0 a $20.000), mientras que en los varones este segmento representa una cifra menor, de 22,8%.
De acuerdo al informe, a medida que los ingresos son más altos, se profundiza la menor presencia femenina, ya que al observarse el rango de salarios de $500.000 a $2.500.000 en adelante, no sólo los varones tienen un ingreso 12,3% mayor en promedio sino que, es superior la proporción de varones en ese rango: 0,3 versus 0,1% de las mujeres.
Por otra parte, al examinar la composición por género según la rama de actividad, se encontró la existencia de una segregación horizontal del patrimonio femenino, esto es, una alta concentración en 10 determinadas ramas de la actividad económica o "paredes de cristal". En las mujeres, en el sector de profesionales, científicas y técnicas se encuentra el 25,5% de quienes aportan en Bienes Personales, mientras que un 17,7% se ubica en el sector inmobiliario y otro 11% en servicio de asociaciones y servicios personales. En el caso de los varones, el 31% son profesionales, científicos y técnicos y el siguiente 9,9% pertenecen al rubro inmobiliario, otro 8,9% a servicio de asociaciones y servicios personales. Otras ramas de actividad que son relevantes para los varones de mayores patrimonios es la agricultura, donde el 9,5% de quienes aportan en bienes personales declaran ese rubro, mientras que en mujeres esa magnitud es sólo de 3,67%.