Nada menos que el 65 por ciento de los chicos que hoy están comenzando su enseñanza primaria, en el futuro trabajarán en empleos que todavía no existen, un dato realmente central utilizado por el intendente Luis Castellano en ocasión de remarcar la trascendencia que tiene pensar el futuro de Rafaela desde la creatividad y la innovación, en oportunidad de concluir recientemente el período utilizado para establecer un diagnóstico sobre la actual situación, y consolidar de tal forma las posibilidades de una segunda etapa en la elaboración del Plan Rafaela Productiva 2020.
Con el mismo se apunta a 2031, cuando nuestra ciudad cumplirá 150 años de existencia, siendo la aspiración la de tener una ciudad preparada para ir afrontando todos los cambios que irán ocurriendo hasta entonces, y de tal manera, contar con las mejores y más afianzadas perspectivas. Este trabajo que ha dado sus primeros pasos con los datos necesarios para disponer de un diagnóstico lo más cercano a la realidad y del cual participaron unas 40 organizaciones públicas y privadas de todos los sectores más representativos de la comunidad, está sustentado en base a ciertos datos reveladores de la actual realidad, como por ejemplo que mientras Rafaela cuenta hoy con algo más de 100.000 habitantes y la región metropolitana de la que es cabecera con 180.000, al descontarse que en los próximos 15 años habrá una tasa de expansión demográfica del 25%, se llegará a 125.000 en la ciudad y 210.000 en la región, razón por la que se requerirán para entonces nuevas estructuras, como así también un replanteo en el ofrecimiento de los servicios. Toda una cuestión para la que hay que ir adecuándose de la mejor manera, lo que significará no sólo una anticipación, sino también la posibilidad de continuar manteniendo a Rafaela en la delantera en este sentido, siendo una obligación que alcanza no sólo a los gobernantes, sino también a la comunidad en su conjunto.
En cuando a la perspectiva industrial, en la que nuestra ciudad se destaca, de sostenerse la expansión del 2000 a la fecha, de las actuales 500 plantas fabriles existentes se pasará a 700 al cumplir el primer siglo y medio de la ciudad, lo cual exige adecuación en todo sentido, facilitando las mejores posibilidades, con espacios e infraestructuras adecuadas a tal realidad.
El desarrollo universitario es otro de los tópicos sobre los que se debe trabajar, ya que a comienzos de siglo sólo el 3,6% de los trabajadores contaba con título universitario, subiendo a 5,3% en 2006, 7,8% en 2012 y actualmente, aunque sin cifras precisas, se estima en el 10%, quedando plasmado el vertiginoso crecimiento en tal sentido, por lo cual en 2031 -de sostenerse este ritmo- oscilarán entre 25 y 30 por ciento.
Finalmente, un dato que no hay que perder de vista y que es esencial para la planificación del futuro, aportado por el Banco Mundial, dice que el 60% de los puestos de trabajo del país pueden ser reemplazados por los avances de la tecnología. Dentro de 15 años habrá que estar adecuados a esta situación para que Rafaela siga siendo una ciudad de oportunidades.
Este Plan Estratégico 2020 constituye la implementación y el seguimiento de acciones de todas aquellas conclusiones planteadas por las instituciones y organizaciones en esta primera etapa, apuntando de esa manera a un futuro cercano que estará marcado por fuertes innovaciones tecnológicas, sociales, culturales, las que no sólo serán nuestras, sino que responderán a tendencias globalizadas, tal como se ha venido comportando el mundo entero. Es por lo tanto presumible que en pocos años, y cada vez con mayor aceleración, irán cambiando las formas de producción y consumo. Y eso se apunta, adoptando todas las previsiones posibles, logrando una anticipación al tiempo, lo cual es una manera clara y contundente de acercarse lo más posible al éxito.
Como medio de participación social y laboral, mediante el fortalecimiento de todas las redes institucionales, será el gran desafío del mayor cuidado posible del medio ambiente y los recursos renovables, siendo a partir de esta realidad, una de las formas más convenientes de encarar el futuro y aguardarlo con la necesaria anticipación.