La ausencia de líderes europeos no pareció preocupar al
presidente ruso, Vladimir Putin, que mantiene intacta su popularidad en un país
donde la victoria de 1945 se ha convertido casi en un mito.
Desde hace varios días, Moscú y las grandes ciudades rusas
preparan la conmemoración de esta "Gran Guerra Patriótica", el
nombre con el que se conoce en Rusia la Segunda Guerra Mundial
desde los tiempos de la Unión Soviética.