Editorial

Pasivos e inflación

En 2016, consecuencia de la elevada inflación y la recesión que combinadas produjeron muy graves deterioros en todo el sistema económico, el poder adquisitivo de las jubilaciones sufrió una pérdida entre 7 y 9 puntos, lo cual fue sentido por unos 17 millones de personas, donde se incluyen los pasivos de todas las categorías y otros beneficiarios del sistema. En cambio en 2017, cuando aún estaba en vigencia el sistema anterior de aumentar los haberes en marzo y septiembre mediante una fórmula combinada, se otorgó un 28% anual que frente a una inflación anual de 24,8% significó un recupero positivo de poco más de 3 puntos. Así tenemos entonces que en dos años tomados de punta a punta, la inflación ascendió al 74% mientras que las prestaciones jubilatorias subieron 68,6%, quedando ahora planteada la incertidumbre por lo que acontecerá este año, estando en vigencia la nueva metodología implementada por el gobierno, según la cual, este primer aumento que se otorgará en el mes de marzo ya fue fijado en 5,7%, con el agregado de un bono adicional para los que reciben los menores haberes y también para los beneficiarios de las asignaciones universales por hijo.

Debe recordarse que en caso de haberse mantenido al anterior método de ajuste, en marzo los haberes de la clase pasiva habrían tenido una suba de 14,5%, mientras que en cambio con lo resuelto con la reforma previsional ese porcentaje se redujo al 5,7%, cifra surgida de la fórmula que combina el 70% del índice de precios al consumidor del INDEC y el 30% de salarios del tercer trimestre de 2017. En el próximo mes de junio, por la mayor inflación, el aumento podría estar oscilando en el 6%, según los datos de octubre-diciembre del año pasado, aplicando la fórmula mencionada.

Buscando reducir esa brecha, recordemos que por una rápida iniciativa de la diputada Lilita Carrió fue aprobado un bono compensador para ser entregado por única vez, tal como decimos arriba, con montos diferenciados para los diversos beneficios. Para la AUH será de 400 pesos , para los haberes jubilatorios con moratoria de 375 pesos y para el resto de haberes de hasta 10.000 pesos será un adicional de 750 pesos, recordemos que se cobrarán en marzo y por esta única vez.

En cuanto a las asignaciones familiares de los trabajadores en blanco y las jubilaciones y pensiones superiores a 9.640 pesos quedaron excluidas de cualquier clase de compensación adicional. Además fue aprobado el 82% sobre el salario mínimo, vital y móvil, que comprende los meses de enero y febrero a 1,3 millón de personas, el cual quedará absorbido -en casi todos los casos- por el aumento del mes de marzo.

Desde el gobierno siempre se ha sostenido que los jubilados de ahora en adelante nunca más perderán contra la inflación, pero eso no parece ser tan así al menos en esta primera aplicación del aumento, incluso con el agregado del bono compensador, el cual desaparecerá en las siguientes implementaciones de los ajustes.

Según analizan especialistas en esta clase de temas, la AUH será el único haber que podría verse beneficiado, debido a la recepción del bono, pero en cambio no sucedería de esa misma forma con el resto de haberes. En cuanto a números precisos, se dice que para que los haberes jubilatorios no tengan pérdida de poder adquisitivo, la inflación no debería ser mayor al 22%, algo que de acuerdo con lo que se ha visto en estos dos primeros meses de 2018 puede resultar bastante difícil de conseguir, luego del 1,8% de enero y del índice de febrero, que según todos los pronósticos no estará en menos de 2 puntos y tal vez cercano a 2,5%.

De tal manera el poder de compra de las prestaciones sociales se mantendría por debajo o se aproximaría a los niveles de 2015 si la inflación consigue afianzarse en una tendencia descendente. Por lo pronto, y tal lo apuntado, la inflación viene en ascenso por la expectativa generada tras la suba del dólar, el aumento de los combustibles y los nuevos ajustes de las tarifas que volverán a replicarse en abril.

Otro aspecto que debe recordarse es la opción del trabajador de jubilarse a los 70 años, lo cual fue aprobado en la reforma de diciembre último, con lo cual se busca reducir en los próximos años la cantidad de nuevos jubilados que se incorporen al sistema y de tal modo reducir el gasto previsional, aunque estos significaría reducir la posibilidad de ingresos de los más jóvenes al mercado laboral.

De todos modos se encuentra pendiente una reforma previsional más integral que debería considerarse y aprobarse en 2019, donde podrían plantearse diferencias mucho más profundas que las que hubo por el cambio de fórmula de ajuste.

Se recuerda que la Ley de Reparación Histórica, de mayo de 2016, ordenó la creación de un Consejo de Sustentabilidad Previsional que deberá encargarse del proyecto sobre un nuevo régimen previsional, universal, integral, solidario, público, sustentable y de reparto, para su posterior envío al Congreso nacional.

Autor: REDACCION

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web