Internacionales

Paracaidista austríaco rompe la barrera del sonido en caída libre

LOS ANGELES, 15 (AFP-NA). - El paracaidista austríaco

Felix Baumgartner logró romper la barrera del sonido y superó los

1.342 km/h el domingo en un exitoso salto en caída libre desde

poco más de 39.000 metros de altura sobre Nuevo México (sudeste de

Estados Unidos), informaron los organizadores.


Baumgartner logró una velocidad máxima de 834 millas o 1.342,74

kilómetros por hora, exactamente 1,24 veces la velocidad del

sonido informaron los organizadores del evento en rueda de prensa. La velocidad, revelada unas horas después del salto sin

precedentes, fue significativamente mayor que la dada

anteriormente por una portavoz, quien la había ubicado en 706

millas por hora (1.136 km/h).


El experimentado paracaidista de 43 años de edad, estuvo en

caída libre durante 4 minutos y 20 segundos antes de abrir su

paracaídas, dijo el integrante de la misión de Red Bull Stratos

Brian Utley.

Baumgartner relató cómo se sintió cuando saltó desde la cápsula

que lo transportó a una altitud de 128.100 pies (39.045 metros)

sobre el desierto del estado de Nuevo México, al sur de Estados

Unidos.

"Cuando se está en la cima del mundo uno se siente tan humilde.

Lo único que uno quiere es volver con vida" a tierra firme, dijo a

periodistas en Roswell, base de la misión de lanzamiento.

Aclaró igualmente lo que dijo al saltar al vacío, y que en la

transmisión en directo aparecía entrecortado: "Sé que el mundo

entero está siguiendo esto ahora y desearía que pudieran ver lo

que yo veo. A veces tienes que estar bien arriba para darte cuenta

de lo pequeño que eres".


En una entrevista con un canal austríaco, la primera tras el

salto, se había referido asimismo a un problema de casco que casi

le obligó a abortar en el último minuto.

"Incluso en un día como este al empezar tan bien, puede suceder

un pequeño fallo. Pero finalmente decidí saltar. Y fue la decisión

correcta", señaló.


Durante el ascenso en una cápsula impulsada por un globo

aerostático y la posterior caída de ocho minutos, el austríaco

batió varias marcas: el mayor ascenso en un globo aerostático

tripulado, el salto al vacío desde mayor altura, perteneciente

hasta ahora al ex coronel de la Fuerza Aérea estadounidense Joe

Kittinger (31.333 metros en 1960), y la ruptura de la barrera del

sonido.


Sin embargo, no pudo quebrar la marca de la caída libre más

larga, ya que sus 4 minutos 20 segundos quedaron cortos ante los 4

minutos 36 segundos de Kittinger.

Una de las primeras personas que le felicitó fue el presidente

de Austria Heinz Fischer.

"Felicito calurosamente a Felix Baumgartner por este gran

éxito, que se logró con coraje y perseverancia". Austria "está

orgullosa" de su logro, escribió el mandatario en su perfil de

Facebook.

La hazaña fue seguida en directo por varios millones de

telespectadores en una retransmisión en diferido, en caso de que

ocurriera un accidente, ya sea por la página oficial en internet o

por YouTube.

La ascensión duró más de dos horas y comenzó a las 09H30 hora

local (15H30 GMT).


Tras alcanzar la altura prevista, levemente por encima de los

39.000 metros y tras revisar que todas las condiciones para el

salto se cumplieran, Baumgartner saltó al vacío y tras una decena

de segundos alcanzó la velocidad máxima del trayecto.

Luego, el austriaco abrió su paracaídas y tocó tierra, donde

fue recibido por un fotógrafo y otras personas que aterrizaron

cerca con un helicóptero.

Durante el ascenso se registró un problema menor, consistente

en una falla en uno de los calefactores de la placa frontal del

casco de Baumgartner, que empañaba su visión. Sin embargo, tras

sopesar las opciones, la misión decidió seguir adelante con el salto.

Este era el segundo intento del equipo Red Bull Stratos, luego

de que la semana pasada las condiciones climáticas impidieran

concretar la hazaña.


El mayor riesgo que enfrentaba el paracaidista, que hace varios

años se entrenaba para este salto, era la posibilidad de girar

fuera de control, lo que podría hacerle perder el conocimiento.

Pero desde el momento en que saltó de la cápsula logró

controlar su postura y mantener el control de la caída pese

algunos tumbos.

Los riesgos eran considerables si se tiene en cuenta que si el

traje especial presurizado que llevaba el austríaco se rompía, su

sangre herviría debido a la presión extrema causada por la altitud.

Autor: Redacción

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