Editorial

Para el día después

Un grupo de especialistas enumeró una serie de recomendaciones para cuando se dictamine la salida de la cuarentena por la pandemia de Covid-19, que por estas horas, lejos de aplanar la curva, establece nuevos récords casi a diario y parece no haber alcanzado su pico, al margen de todo lo que puedan decir los profesionales que asesoran al Gobierno nacional en materia sanitaria.

Las extensas y reiteradas cuarentenas, con algunas flexibilizaciones se han aplicado en diferentes momentos, se asegura, evitaron que los números sean mayores, en contagios y también en fallecimientos.

La preocupación es de todos. Porque las cifras siguen incrementándose de una manera alarmante y casi descontrolada. Pero también hay que pensar de cara a un futuro que nadie puede asegurar cuándo llegará, porque en algún momento, estas dificultades se superarán y todos debemos retornar a la normalidad.

Por ahora, juzgamos interesante, dar a conocer algunas recomendaciones de los especialistas sobre un tema sensible como el que estamos abordando. Puede ser prematuro, quizá, que nos ocupemos de algo que no sabemos cuándo sucederá, pero es bueno tener presentes algunos conceptos que deberemos aplicar.

Será necesario salir gradualmente porque el mundo será diferente. Reconstruir hábitos cotidianos, salidas, distancia en la calle y en espacios públicos, uso de barbijos y medidas higiénicas.

Sin embargo, siempre habrá que tener en cuenta que la distancia es física y no social; por lo tanto, será importante estimular la solidaridad y la proximidad afectiva.

Hoy, la tecnología digital nos permite estar solos, pero juntos. Poder establecer conversaciones más emocionales, más íntimas. Permanecer conectados con las personas de riesgo.

También se recomienda eliminar el sonido de las distintas notificaciones, pedir al interlocutor aclarar si es urgente, hacer pausas, respetar horarios, pedir audios de no más de 30 segundos, no abrir videos de cadenas. Silenciar el teléfono todo lo posible.

Es probable que los niños tengan miedo, pesadillas y hasta angustias cuando se regrese a la normalidad. En ese tema, el rol de los padres será fundamental. El papel que cumplan los hermanos mayores, como así también el de los abuelos, contribuirán en esa tarea, que será esencial para los más pequeños del hogar.

En caso de insomnio, no será prudente automedicarse. Volver a las rutinas de horarios será más sencillo si tenemos la mente despejada, y para ello un buen descanso es la medicación más adecuada.

Es normal sentir miedo en la primera etapa, pero cualquier ser humano fuerte de la cabeza, que es en definitiva, la que maneja todas las reacciones del cuerpo, se irá habituando progresivamente al retorno a una vida normal.

En principio, la calle y los espacios públicos podría llegar a generar una imagen amenazante, sobre todo, si las concentraciones de gente son significativas. Debe tenerse en claro que el pánico inútil solo bloquea, paraliza y hasta distorsiona la realidad.

No se tendrá que discriminar a quienes padecieron la enfermedad y se lograron recuperar. Ni tampoco al personal de la salud, como lamentablemente ocurrió en reiteradas oportunidades durante la pandemia, ya que serán ellos los que en algún momento nos van a brindar sus servicios y una atención humanitaria.

No sabemos cómo será la situación y las pérdidas financieras, pero sí está claro que una cantidad muy importante de trabajadores perderá sus empleos o verá considerablemente reducidos sus ingresos. Por ese motivo, será importante no endeudarse con lo innecesario y recordar que pronto encontraremos soluciones. Hacer compras y comidas entre vecinos puede ayudar en esa etapa.

También vale la pena señalar que todo acontecimiento que trastoca o disuelve costumbres y modalidades brindará la oportunidad para que la imaginación, el talento y el esfuerzo construyan arquitecturas nuevas, enriquecedoras y donde lo imprevisible dibuje un paisaje estimulante.

También deberán tenerse presente las reacciones eufóricas y maníacas que en lo psicológico,podría llegar a provocar la salida de esta pandemia, que nos obligó a un confinamiento prolongado y que está superando todo lo previsto.

Con este queremos decir que se podrán observar actitudes totalmente extrañas en determinadas personas, que podrían manifestarse en una eventual fobia a los espacios públicos y que, como consecuencia de esas reacciones, autolimitarían sus salidas.

Viajar, desplazarse, mandar a los niños nuevamente al colegio, ir a comer afuera o asistir a un cine serán actividades que se irán retomando gradualmente, tanto por una restricción impuesta como autoimpuesta por una cuestión de temor.

Sin el ánimo de alarmar a nadie, son datos a tener en cuenta para cuando llegue el ansiado regreso a la normalidad.

Autor: REDACCION

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