Editorial

Papa: tema tabú

Desde esta sección editorial varias veces hemos anunciado que muchos de los temas abordados por el Papa Francisco darían lugar a que nos ocupemos de ellos, tanto por su profunda convicción de cambio en cuanto a la conducción de la Iglesia y del catolicismo, como del llamado a la aplicación del diálogo como instrumento de concertación y acercamiento entre los hombres que dio la sensación de estar direccionado hacia la Argentina que él tanto y tan bien conoce, o bien la declarada intención de una Iglesia pobre para asistir a los pobres que siempre respaldó no sólo con sus dichos sino con sus actos, además de la reciente convocatoria a eliminar el sometimiento del trabajo infantil y esclavo, justo en coincidencia con la conmemoración del día del trabajo. Y más cerca aún, cuando ante una multitud de más de 100.000 personas desbordando la plaza San Pedro, no trepidó en abordar un tema que pareció ser tabú para la Iglesia hasta poco tiempo atrás: los abusos sexuales contra los menores.

Es que justamente la Iglesia, a través de numerosos de sus representantes, se vio directamente involucrada en escándalos sexuales, esencialmente con la participación de curas de todas las jerarquías, y además por el ocultamiento que tantas veces se hizo de esos casos desde la propia curia. El argentino Jorge Bergoglio, desde el mismo momento de su asunción a la jefatura de la Iglesia, dejó entrever muy claramente cuál sería su decisión sobre el tema, afrontarlo como corresponde y resolverlo para de tal modo encarar una depuración tan necesaria, luego de tanto tiempo de ocultamiento.

Ante miles de católicos, pero especialmente dirigido al mundo entero, tal como ocurrió, el Papa reclamó un compromiso con coraje y claridad para proteger a los menores de los abusos. Aunque fue esta la primera vez que habló en público del drama de los chicos abusados y aunque en ningún momento se refirió directamente a los numerosos casos de pedofilia por parte de curas de todo el mundo, lo cual provocó un gran desprestigio de la Iglesia, fue imposible no relacionarlo con estos casos.

En coincidencia con la jornada de los niños víctimas de la violencia, el Sumo Pontífice sostuvo que tenía su pensamiento enfocado en todos aquellos que han sufrido y sufren a causa de los abusos sexuales. En tal sentido, y como forma de reafirmar su decisión, se conoció que hace muy poco el Papa instruyó al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, monseñor Gerhard Mueller, para que su dicasterio, responsable de los temas de disciplina de los sacerdotes, continúe adelante con la línea de "tolerancia cero", que había dispuesto su antecesor Benedicto XVI, pero que queda a la vista que de ahora en adelante se comenzará a cumplir con mayor énfasis. Pero además, y ampliando esas instrucciones, el Papa reclamó "promover en primer lugar las medidas de protección de los menores, la ayuda a quienes en el pasado han sufrido tal violencia, los procedimientos debidos a los culpables, el compromiso de las Conferencias Episcopales en la formulación y ejecución de las directivas necesarias en este terreno tan importante para el testimonio de la Iglesia y su credibilidad".

Para tener una idea del volumen de estas situaciones de abusos sexuales que afectan a la Iglesia, merced a la participación de sus representantes, digamos que las denuncias receptadas en El Vaticano en sólo los tres últimos años fueron 1.800, habiendo ocurrido la mayoría de los casos en las dos décadas comprendidas entre 1965 y 1985, habiendo sido los epicentros principales Estados Unidos e Irlanda, aunque en menor número también otros países. Se recuerda los casos de Boston y Los Angeles, dos arquidiócesis muy importantes  del referido país, que han debido pagar millonarias indemnizaciones, llegándose a la situación que algunas otras diócesis más pequeñas debieron declararse en quiebra frente a las demandas de este tipo.

Lo que surge de esta nueva, clara y contundente manifestación del Papa argentino, es la ratificación de su firme decisión de llevar adelante una reformulación de la Iglesia, que incluye todos los aspectos, siendo este de los abusos sexuales en perjuicio de menores uno de los centrales, considerando el desprestigio que significó para la misma la reiteración de casos comprobados en todo el mundo. 


 

Autor: Redacción

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