En Estados Unidos, un país con tantos problemas -en especial, el de la desigualdad-, los recortes fiscales a las corporaciones ricas no resolverán ninguno de los problemas. Esta es una lección para todos los países que contemplan las reducciones de impuestos a las grandes empresas, incluso para aquellos países sin la mala suerte de estar liderados por un plutócrata cobarde e inexperto.