Editorial

Otro muro que cae

Uno de los conflictos más enquistados del mundo como el que sostenían desde hace más de 50 años Estados Unidos y Cuba comenzó a desmoronarse esta semana cuando los presidentes de ambas naciones anunciaron en simultáneo el restablecimiento de las relaciones bilaterales que se inició con el intercambio de prisioneros que habían sido encarcelados por actividades de espionaje y que continuará con la apertura de representaciones diplomáticas. Aún queda resolver el bloque comercial que el gobierno estadounidense mantiene sobre la isla, una decisión que deberá debatirse en el Capitolio ya que está dispuesto a través de una ley. 

El mundo se sorprendió pero también celebró los anuncios del presidente de EE.UU, Barack Obama, y de su par de Cuba, Raúl Castro decididos a dejar atrás una mini guerra fría de 53 años, que comenzó después de la llegada al poder de Fidel Castro mediante la Revolución a la que también le puso el cuerpo el argentino Ernesto Che Guevara.

El deshielo del compromiso a normalizar los vínculos diplomáticos significa mucho más para la gente, principalmente para los habitantes de Cuba que son los que padecen los efectos del embargo económico y que esperan una resolución definitiva del Congreso norteamericano.

Pero más allá de la firmeza y la determinación de los presidentes de ambas naciones para buscar una salida a un conflicto que quedó descolocado en la historia con el paso de los años, al punto que los jóvenes estadounidenses desconocen los motivos de la imposición de las sanciones al régimen cubano, se destaca en todo el mundo el papel protagónico que cumplió nuestro Jorge Bergoglio, el Papa argentino. 

De acuerdo a lo que consignó Julia Sweig, del 'think tank' Consejo para las Relaciones Internacionales, Obama comprendió cabalmente la necesidad de mejorar las relaciones entre su país y Cuba durante la Cumbre de las Américas en Cartagena de Indias, realizada en abril de 2012. En esa cita, la mayor parte de los jefes de Estado y de Gobierno del continente le explicaron que el embargo no era aceptable en el mundo actual.

Una vez que consiguió su reelección a finales de 2012, el presidente estadounidense dio la orden a principios del año siguiente de iniciar los contactos y en junio de 2013 las negociaciones se encontraron por primera vez, en Otawa. De todos modos, el diálogo se atacó ante la falta de acuerdo en torno al intercambio de prisioneros aunque como señal positiva la idea de avanzar hacia una apertura más amplia comenzó a tomar forma. Fue clave la visita que Obama efectuó en abril de este año al Vaticano, donde se reunió por casi una hora con el Papa Francisco abordando, básicamente, el conflicto con Cuba. 

Sin perder tiempo, el Sumo Pontífice envió cartas al presidente de EE.UU. y al cubano, Raúl Castro, una mediación que sensibilizó aún más el proceso y aumentó el convencimiento sobre la necesidad de buscar un acuerdo más allá del escollo que significaba no ponerse de acuerdo en el intercambio de espías. 

Finalmente por una propuesta de Obama se destrabó la cuestión y el acuerdo definitivo del intercambio de espías y de Alan Gross se alcanzó en octubre, en una reunión en el Vaticano bajo seguimiento de Francisco, a la postre el único líder en haberse involucrado en primera persona para lograr un entendimiento y que por tanto puede atribuirse el éxito diplomático. Incluso tanto Castro como Obama han agradecido al Papa su papel de mediación.

Ahora la Casa Blanca no descarta una

visita del presidente cubano Raúl Castro a Estados Unidos y ni un viaje de

Barack Obama a La Habana. En tanto, la ONU se puso inmediatamente a disposición para ayudar en la

normalización de relaciones bilaterales, al tiempo que la Unión

Europea y la Organización de Estados Americanos (OEA) aplaudieron

el "gesto valiente" de ambos países para dar por terminado los resabios de la Guerra Fría en América Latina.

En la región también se celebró el acercamiento y se rescató como clave el rol del Papa Francisco. La brasileña Dilma Rousseff dijo

que se trataba de "un hito en las relaciones" interamericanas, al

tiempo que el uruguayo José Mujica comparó esta noticia con la

caída del muro de Berlín.

Para Cristina Fernández de Kirchner, la presidenta argentina, Obama pasará a la historia

por dar "este importante paso", el más importante de sus dos

mandatos.

No obstante, falta mucho camino por recorrer. En Estados Unidos y otros países críticos con el régimen cubano hay una lectura pesimista, porque en la negociación Castro no prometió aumentar las libertades en la isla o liberar a los cientos de presos políticos sólo por cuestionar la dictadura de los Castro. 

Por eso, el Congreso estadounidense tiene la llave para desactivar el bloque comercial aunque como está dominado por la mayoría republicana siempre crítica con Cuba la misión será muy difícil. En este sentido, ya hay quienes plantean que el embargo comercial sólo podría ser eliminado si Raúl Castro se compromete a democratizar la isla o al menos a mejorar las libertades de los cubanos. 

Autor: REDACCION

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