Editorial

Otra década perdida

Generaciones de argentinos transcurrieron su niñez, su adolescencia, una prolongada etapa como adultos y se convirtieron en abuelos sin que la Argentina pueda abandonar su infancia como país, inmadura y siempre a los golpes que causan dolores aquí o allá. Las crisis políticas, sociales y económicas han sido una constante en una nación que a pesar de su inmensa riqueza en materia de recursos naturales no puede encontrar un modelo de desarrollo sustentable e inclusivo, por lo que padece entre tantos "daños colaterales" una pobreza estructural que afecta a más del 30 por ciento de la población, lo que recorta las posibilidades a millones de argentinos por las dificultades que pueden tener para alimentarse en forma adecuada, vivir en lugares dignos y acceder a una educación que le garantice herramientas para al menos empatarle a la vida.

En esta dirección se inscribe un trabajo elaborado por el informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), el cual asegura que la economía argentina se encamina a completar otra "década perdida", ya que el PIB per cápita a fines de 2018 será muy similar al que había antes de iniciarse la crisis financiera internacional en septiembre de 2008.

De acuerdo a este informe, la contracción económica en curso se disparó a partir del "frenazo" del ingreso de capitales en mayo de este año. Para el CIPPEC, la retracción del financiamiento "se reflejó en una rápida y fuerte suba del tipo de cambio, que llevó al Gobierno a negociar un acuerdo stand-by con el FMI". A partir de ese acuerdo, afirma el reporte, la nueva estrategia oficial pasa por acelerar el ritmo de corrección del déficit fiscal, fortalecer la hoja de balance del Banco Central y el régimen de metas de inflación, y dejar flotar al tipo de cambio, aunque reteniendo alguna capacidad de intervención, detalló la entidad.

Como en un juego de mesa, la Argentina avanza y retrocede casilleros todo el tiempo sin consolidar bases firmes de un desarrollo que sea impermeable a los gobiernos de turno ya sean de derecha, centro o de izquierda. La crisis y las tensiones periódicas colocan al país sobre una carretera en la que no puede circular derecho sino que, con evidentes problemas de dirección, va a los volantazos de una banquina a la otra. Difícil por tanto, en estas condiciones, tener un viaje placentero hacia un destino que pueda interpretarse como una zona de confort.

El informe del CIPPEC sostiene que la retracción del financiamiento externo obligará a corregir el elevado déficit de cuenta corriente, que amenazaba con sobrepasar el 5% del PIB en 2018. En este sentido, considera que la corrección involucrará una caída del gasto agregado público y privado y, en consecuencia, una contracción en la actividad económica, tal como se observa por estos días en la calle o lo reflejan los indicadores del INDEC o de las consultoras que monitorean el estado de la economía.

En esta coyuntura adversa, el mecanismo principal será la aceleración de la inflación, la cual contraerá el poder adquisitivo de los ingresos privados, el consumo y la inversión, alertó el documento. Y aseguró que la fase recesiva en la que se sumerge el país es una más de un prolongado ciclo de stop-and-go en el que se encuentra atrapada la economía argentina desde 2011.

El CIPPEC consideró que la dinámica de crecimiento interrumpido es el síntoma de un desequilibrio persistente entre, por un lado, un alto nivel de gasto público y consumo privado y, por el otro, una limitada capacidad productiva de los sectores transables de la economía. Por eso advierte que en esta situación, cada intento por expandir el gasto deriva en un faltante de dólares que conduce a una crisis cambiaria que interrumpe el crecimiento.

En este marco, el estudio evaluó que dejar atrás este ciclo y colocar a la economía en un sendero de crecimiento sostenido, requiere potenciar a las actividades transables y así aumentar las exportaciones y la producción que compite con importaciones, algo así como una sustitución de importaciones. Para avanzar en esta dirección, será necesario -sugiere el informe- mantener al tipo de cambio real en valores, al menos, como el actual y diseñar políticas específicas de estímulo a sectores transables primarios, industriales y de servicios. Al mismo tiempo, será requisito indispensable corregir el sobredimensionamiento del gasto público y el déficit fiscal, concluyó el informe.

En este marco, el CIPPEC no duda en afirmar que a finales del 2018 la economía argentina habrá perdido otra década. Y que mientras se procura la sobrevivencia a las turbulencias internacionales o las tormentas domésticas es preciso implementar mecanismos de protección para los sectores más vulnerables. 






 

Autor: REDACCION

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