Suplemento Economía

Organizaciones, ambiente de trabajo y su relación con la eficiencia

Dentro de ese marco de trabajo, los resultados que tienen un gran protagonismo son los índices que revelan la eficiencia de la empresa o institución, por lo que, toda aquella tarea que pueda mejorarlos siempre es importante.

Entre estos procedimientos o tareas para lograr una mejor organización, existen muchas muy estudiadas y con formatos de aplicación establecidos, como son las normas de calidad, y otras que tienen formatos más elásticos, formas de aplicación más difusas y que deben ser adecuadas a cada ente en particular.

Entre estas últimas, puede tener mucha influencia en los índices de eficiencia, una que esta un poco relegada en las prioridades de los asesores de empresas a la cual podemos denominar “Clima Organizacional”

Clima Organizacional: una fuente de motivación relegada.

Resulta habitual que en diversas organizaciones de todo el mundo, exista algún tipo de disconformidad por parte de los empleados que las componen. Dicho malestar, puede responder a una gran variedad de factores: el salario, el jefe, los compañeros, el horario, la ubicación geográfica, la tarea que se realiza, entre otras. Pero existe una cuestión específica, que resulta de capital importancia y que, no obstante, suele ser relegada, nos referimos concretamente al ambiente de trabajo o “clima laboral”.

Este término, hace referencia al ambiente existente entre los miembros de una organización, el cual se encuentra íntimamente ligado a la motivación (Lic. Graciela Adams). Además, está íntimamente ligado a otro concepto denominado “contrato psicológico”, que consiste en el mutuo intercambio o reciprocidad entre el individuo y la organización. La cual procura que el sujeto trabaje y aporte su capacidad, mientras que el individuo espera el suministro de condiciones que satisfagan sus necesidades.

Siguiendo las enseñanzas del profesor Russell Ackoff (1919 – 2009): “…gran parte del comportamiento aparentemente irracional de los empleados es racional, dentro de un ambiente irracional, creado por la organización…”

Cualquier empleado de una organización se encuentra propenso a sentir cierto malestar en su vida laboral. Si bien es habitual oír que los problemas del trabajo no se deben trasladar a la casa y viceversa, los seres humanos no somos máquinas que pueden ser activadas cuando comienza la jornada laboral, y luego desconectadas una vez que finaliza la misma. Somos personas, y por ende, nos vemos afectadas por una gran diversidad de factores interrelacionados. Resulta imposible pretender que nuestra vida laboral no afecte la personal, y que la personal no afecte la laboral. A los sumo, se podría pretender reducir al mínimo dicha influencia.

Por este motivo, es menester que el ambiente de trabajo resulte un espacio ameno, un lugar donde podamos desarrollar nuestra actividad, sin necesidad de sumar nuevos problemas y generar mayores conflictos. Muchos teóricos han desarrollado propuestas que tienen como finalidad mejorar el ambiente de trabajo y en consecuencia, mejorar la calidad de vida laboral, y por ende la personal. Pero ¿por qué resulta tan importante esta cuestión?

Porque las personas pasan 8 horas al día, 40 horas a la semana, 160 horas al mes, cerca de 1.800 horas al año y más de 72.000 horas de sus vidas en el trabajo (o más!!!).

Ante semejante dato, es entendible que los estudiosos de las organizaciones, se preocupen para que los empleados tengan una buena calidad de vida en las organizaciones. Contar con una buena “atmósfera de trabajo”, es un motivador muy potente y redunda en una mayor entrega de energía por parte de los empleados. El bienestar de ellos es una de las claves del éxito de la organización, por tal motivo, resulta fundamental realizar un diagnóstico del clima interno para de esta manera, detectar los focos de conflicto y planificar las acciones necesarias que conduzcan a su mejoramiento.

Tradicionalmente, la herramienta más utilizada para la medición del clima laboral es la encuesta, aunque pueden utilizarse otras. Esta, permite cuantificar la causa y agruparla por factores. De esta manera, se podrán transformar en número aquellas cuestiones que ya eran reconocidas por la organización, pero además, permitirá reconocer otras ignoradas. Resulta fundamental aclarar, que esta técnica debe ser aplicada por personas idóneas y capacitadas para tal labor, dado que no es una cuestión simple y se debe contar con los conocimientos necesarios para obtener resultados útiles.

Una vez obtenidos dichos resultados, los directivos los evaluarán y analizarán, para luego sí aplicar acciones o políticas que la organización considere apropiadas y necesarias.

Es innegable que una mejora en el clima laboral, redunda en una mejora en el rendimiento de los empleados. El hecho de ser tratados en forma cordial y respetuosa, y el brindarles un espacio placentero de trabajo, genera una sensación de bienestar que resulta un motivador muy potente y de larga duración.

Existe una infinidad de organizaciones, tanto a nivel mundial como nacional, que invierten y desarrollan acciones específicas, con el objetivo de mejorar el clima de trabajo. No se aspira a que el empleado simplemente realice su trabajo, sino que se pretende que se sienta lo mejor posible al hacerlo. Esto, generará que lo haga de manera idónea y con miras de mejora constante, logrando excelentes resultados.

Algunos de los beneficios de contar con un buen clima laboral son:

- Menor nivel de conflictos interpersonales.

- Elevado nivel de presentismo.

- Fuerte identificación con la organización.

- Menor rotación y larga estabilidad del personal.

- Mayor productividad.

- Buena predisposición para asimilar cambios.

- Espíritu de equipo.

Además, tiene un valor agregado, ya que con la aplicación de políticas de mejora del clima laboral, no sólo se logrará mantener conforme a los empleados actuales, sino que será un real atractivo para el resto de la masa trabajadora existente. Se transforma en una ventaja competitiva, ya que no sólo se brinda una remuneración económica, que sigue siendo un aspecto fundamental y el más importante de las fuerzas motivadoras, sino también, un ambiente de trabajo óptimo, lo cual, en los tiempos que corren, no es poca cosa.

Autor: Redacción

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