CAMDEN, 19 (AFP-NA). - Preocupado por
reducir las tensiones tras una serie de episodios violentos en
Ferguson y Baltimore (centro de EEUU.), el presidente
estadounidense, Barack Obama, anunció este lunes que restringirá y
encuadrará con más rigor el uso de armamento militar por parte de
la Policía.
Las imágenes de policías encaramados en vehículos blindados y
fusiles de asalto con los que apuntan a civiles durante
manifestaciones de Ferguson (Misuri) en agosto de 2014 tras
la muerte del joven negro Michael Brown afectaron los ánimos y
relanzaron el debate sobre la militarización excesiva de los
cuerpos policiales estadounidenses.
Sobre la base de las conclusiones de un grupo de trabajo que se
puso en marcha en enero pasado, Obama anunció este lunes en Camden
(Nueva Jersey, noreste) la prohibición "de algunos equipos
concebidos para el campo de batalla, que no tienen lugar en manos
de las policías locales".
Los vehículos blindados, las armas de gran calibre e incluso
ciertos uniformes de camuflaje forman parte de la lista de
material que la Policía no podrá adquirir de aquí en adelante a
organismos federales.
"Hemos visto cuánto los equipos militares podían a veces dar la
impresión a la gente de estar en presencia de una fuerza de
ocupación en lugar de una que forma parte de su comunidad y que
está allí para protegerla", destacó Obama.
"Esto puede alejar e
intimidar a los habitantes y enviar un mal mensaje", agregó.
La poderosa organización estadounidense de defensa de los
derechos civiles ACLU elogió el anuncio. "Esos equipos jamás
debieron tener lugar en nuestros barrios (...). Con esta
prohibición, el presidente ha tomado medidas decisivas para
restablecer la confianza entre la policía y las personas que está
comprometida a proteger".
Miles de policías locales en todo Estados Unidos se benefician
de programas que permiten al Pentágono reciclar material y
equipamientos militares y entregarlos a quienes se lo solicitan.
En 2013 el departamento de Defensa entregó material de uso
castrense evaluado en 450 millones de dólares a las fuerzas
policiales locales, desde binoculares de visión nocturna a
vehículos blindados, pasando por armas y municiones de alto
calibre.