Suplemento Economía

Nuevo acuerdo con el FMI: de Loser a Winner

DEUDA. Milei firmó el decreto 179/2025 mediante el cual se aprueba un nuevo acuerdo con el FMI.
DEUDA. Milei firmó el decreto 179/2025 mediante el cual se aprueba un nuevo acuerdo con el FMI.
Crédito: FOTO CASA ROSADA

Por Guillermo Briggiler

El reciente acuerdo alcanzado entre la Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha reavivado el debate sobre la sostenibilidad de la deuda y el impacto que tendrá en la economía nacional. Mientras el gobierno lo presenta como una renegociación beneficiosa para aliviar la presión financiera, sus críticos alertan sobre la posibilidad de que se trate de una nueva carga para las futuras generaciones.

Si bien el acuerdo está realizado, debe ser refrendado por el Congreso y es aquí donde aparece la batalla política, en especial de la oposición, que al ver que la actual administración obtiene algunos réditos económicos, se agarra de todo para armar pelea y obtener algún beneficio en este año electoral.

¿Es una nueva deuda? La discusión sobre si el nuevo acuerdo con el FMI es nueva deuda o no depende de la interpretación del mecanismo de refinanciación. Quienes niegan que sea nuevo endeudamiento argumentan que solo se trata de reestructurar pagos ya comprometidos, sin tomar fondos adicionales ni aumentar el stock de deuda, evitando así un default. En cambio, quienes afirman que sí implica nueva deuda sostienen que extender los plazos genera más intereses, compromisos adicionales y prolonga la dependencia del país con el organismo. En definitiva, el debate gira en torno a si postergar pagos sin reducir el capital adeudado es solo una estrategia de administración financiera o una forma de seguir endeudándose.

La deuda con el FMI es formalmente del Tesoro Nacional, ya que es el Estado argentino el que asume el compromiso de pago. Sin embargo, el dinero que presta el organismo multilateral de crédito ingresa a las reservas del Banco Central (BCRA), lo que genera un impacto en la estabilidad financiera del país. Como el Tesoro no genera dólares, cuando debe pagarle al FMI tiene tres opciones: usar reservas del BCRA, emitir nueva deuda en el mercado o generar superávit fiscal para comprar dólares, aunque esto último rara vez ocurrió en administraciones anteriores. En la mayoría de los casos, el BCRA es quien aporta los dólares para los pagos, lo que reduce las reservas y genera presión sobre el tipo de cambio.

Además, cuando el BCRA paga al FMI, el Tesoro le queda debiendo al Banco Central a través de “letras intransferibles”, títulos de difícil venta que limitan la liquidez del BCRA. Esto significa que, aunque la deuda con el FMI es del Tesoro, en la práctica también afecta la posición del Banco Central, generando un problema de financiamiento y estabilidad monetaria.

En definitiva, la relación entre el FMI, el Tesoro y el BCRA muestra cómo la deuda externa impacta en toda la economía argentina, afectando tanto las cuentas fiscales como la disponibilidad de reservas y el equilibrio cambiario.

El que nos iluminó explicando con un claro ejemplo la discusión fue el ex director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Claudio Loser. En tal sentido, el funcionario utilizó la metáfora del esposo y la esposa para explicar la dinámica de la deuda argentina con el organismo internacional. En una reciente entrevista, Loser afirmó que "esto es como que un esposo le pidió prestado dinero a su señora, y ahora el marido se consigue un préstamo afuera (para devolvérselo) y entonces ya no le debe a la señora, pero la familia ahora debe más".

Esta comparación sirve para ilustrar cómo el Tesoro toma la deuda, pero el Banco Central es el que muchas veces tiene que afrontar los pagos con sus reservas, generando problemas de liquidez y estabilidad en la economía. En palabras similares a las de Loser: Es como si el esposo (el Tesoro Nacional) pidiera un préstamo, pero el dinero lo administrara la esposa (el Banco Central). Aunque la deuda es del esposo, cuando llega el momento de pagar, muchas veces el dinero lo pone la esposa. Si el esposo no le devuelve el dinero a la esposa, entonces el problema pasa a ser de ella, porque su caja queda vacía y se complica su economía.

Pero más allá si es más deuda o no, lo que debemos preguntarnos si el nuevo acuerdo es conveniente para Argentina. El impacto del acuerdo dependerá de las condiciones impuestas por el FMI y la capacidad del país para cumplirlas sin afectar el crecimiento económico y el bienestar de la población. Entre las medidas exigidas, suelen figurar ajustes fiscales, reducción del gasto público y una política monetaria más restrictiva. Estas recetas han sido criticadas en el pasado por su impacto recesivo, aunque el gobierno asegura que el acuerdo permitirá ordenar las cuentas sin comprometer la recuperación económica.

Por otro lado, el acuerdo brinda un respiro financiero a corto plazo, evitando un escenario de default que tendría consecuencias más graves, como el cierre de mercados de crédito y una mayor devaluación del peso. Pero la gran incógnita sigue siendo si Argentina logrará generar los ingresos suficientes para cumplir con los compromisos sin necesidad de nuevos acuerdos en el futuro.

A partir de ahora, el Congreso deberá debatir y aprobar los términos del acuerdo, lo que puede generar nuevas tensiones políticas. A nivel económico, la clave estará en la implementación de políticas que permitan generar confianza en los mercados, atraer inversiones y fomentar el crecimiento sin recurrir a más deuda.

Aunque el “Loser” funcionario del fondo nos ayude a entender el entuerto, Argentina debe volverse “winner” y atraer capitales para hacer crecer su economía, aumentar el empleo y reducir la pobreza.

#BuenaSaludFinanciera

@ElcontadorB

@GuilleBriggiler

Autor: 460461|

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web