murieron y 140 sufrieron heridas el lunes en otra ola de atentados en
Irak cometidos principalmente contra la comunidad chiita, indicaron
responsables médicos y de la seguridad. Estas explosiones son el
último episodio de una serie de ataques sectarios en el centro de
Irak que hacen temer un regreso al conflicto religioso entre chiitas
y sunitas, que dejó decenas de miles de muertos y cuyo auge tuvo
lugar en 2006 y 2007.
diferentes, seis de ellas de mayoría chiita, una mixta y otra de
mayoría sunita. Los ataques más mortíferos tuvieron lugar en
Kadhimiyá, un área fundamentalmente chiita del norte de Bagdad,
donde dos coches bomba mataron a por lo menos nueve personas e
hirieron a unas 19.
estacionamiento quemando vehículos, destruyendo una cerca y
quebrando las vitrinas de comercios y de una clínica para mujeres,
indicó un periodista de la AFP. Fuerzas de seguridad fueron
desplegadas en el área, donde cerraron las calles y utilizaron
perros especialmente entrenados para buscar bombas. En los últimos
días se han registrado varios ataques sectarios.
kamikaze llevó a cabo un atentado en una mezquita chiita de Bagdad,
provocando el derrumbe del techo y matando a 47 personas. El viernes,
varias bombas estallaron a poca distancia de dos mezquitas sunitas en
Bagdad cuando los fieles partían después de las plegarias, matando
a seis personas. Otras bombas tomaron como blanco a dolientes sunitas
en Bagdad, el 23 de septiembre, matando a 15 personas, luego de que
un atentado contra un funeral sunita costara la vida a 12 personas el
día anterior.
mataron a 73 personas en Bagdad el 21 de septiembre, luego de que dos
explosiones en una mezquita sunita del norte de la capital costaron
la vida a 18 personas el día anterior.
desde 2008, cuando el país comenzaba a salir del mortífero
conflicto sectario. Diplomáticos y analistas afirman que el gobierno
dirigido por chiitas no ha logrado satisfacer las exigencias de la
minoría árabe sunita, que se queja de la exclusión política y de
los abusos de las fuerzas de seguridad, lo que ha desencadenado la
espiral de violencia.
destinadas a calmar a los adversarios del gobierno y a los sunitas en
general, como la liberación de prisioneros y aumentos de los
salarios de los sunitas que combaten contra Al Qaida, pero todavía
quedan cuestiones que deben ser resueltas. Por otra parte, la guerra
civil en la vecina Siria ha incrementado la tensión religiosa en
Irak.