Editorial

Nueva masacre

Cada vez que se produce una de estas cada vez más reiteradas y seguidas masacres en los Estados Unidos, simultáneamente aparece el debate sobre el control de armas, que es prácticamente inexistente, ya que en ese país se adquieren casi libremente, cualquiera sea su calibre y poder de fuego, yendo desde pistolas, revólveres y carabinas hasta fusiles de alto poder de impacto y ametralladoras. Todo es absolutamente posible para un pueblo que además tiene una predisposición especial para estar armado, y no sólo eso, sino también para utilizar esas armas.

Es cierto que estas matanzas que se vienen dando cada vez con mayor asiduidad tienen por protagonistas a "lobos solitarios", es decir, no se corresponden con organizaciones terroristas o grupos armados, sino individuos con fuertes inclinaciones asesinas y seguramente dominados por desequilibrios mentales que los llevan a cometer estas acciones donde la muerte es el principal denominador.

El epicentro fue esta vez, como otras tantas, un establecimiento educativo de nivel secundario Marjory Stoneman Douglas, en la ciudad de Parkland en el estado de Florida, siendo el joven ex estudiante Nikolas Cruz, de 19 años, el autor de la matanza de 17 personas y otras muchas heridas, utilizando un rifle de asalto AR-15, arma muy popular en ese país. Tanto es así que la mayoría de las familias disponen de arsenales en sus domicilios, dando cuenta la estadística que con 320 millones de habitantes hay en circulación -y uso, lo que es peor- 300 millones de armas de todo tipo.

Las cifras de estos episodios son realmente alarmantes y puestas como razón de discusión cada vez que ocurre uno de ellos. Es que en lo poco que va del año ya hubo 18 tiroteos en escuelas, pero si nos remontamos un poco más hacia atrás, tenemos que en cinco años, es decir desde 2013 en adelante fue el número 291 de estas características, cometiéndose todo en el 70% de los casos en apenas cuestión de 5 minutos, lo cual relativiza la reacción y participación que pueda tener la fuerza policial, que cuando arriba al escenario de estas matanzas ya todo se encuentra consumado. Recordemos además que aunque mayoritarios, estos tiroteos no sólo ocurren en colegios pues suelen darse en distintos sitios como supermercados o lugares de esparcimiento -siempre con asistencia de mucha gente-, aunque sí los más letales.

Es cierto que la limitación de la circulación de armamento en la población tal vez no sea la solución de este flagelo que afecta tan sensiblemente a los Estados Unidos, pero al menos podría dar un paso importante en la búsqueda de soluciones, aunque al menos en este tiempo parece muy alejada la posibilidad de ejercer restricciones y controles rígidos sobre las armas, algo que había intentado Barack Obama en la última parte de su mandato sin poder lograrlo, pero que es mucho menos posible ahora con Donald Trump, quien ya se pronunció en favor de la posesión de armamento por parte de la población, lo que es además una política que siempre ha llevado adelante el Partido Republicano.

¿Por qué hay tantas matanzas en Estados Unidos?, interrogante para el que se han ensayado numerosas respuestas, aunque ninguna de ellas parece estar cerca de las causas y motivaciones que las provocan. Quizás cada una posea una pequeña parte de verdad para llegar a una explicación, y poder de esa manera buscar las soluciones que el caso tan extremo exige. Pueden existir causas políticas o religiosas, también étnicas, como la absoluta libertad para adquirir armamentos, aunque lo central parece estar en que siempre sus protagonistas son desquiciados mentales.

El derecho a armarse es tan importante en la sociedad estadounidense que se encuentra asentado en la Segunda Enmienda de la Constitución, por lo cual los políticos han sido especialmente cuidadosos al tratar el tema, y nadie ha conseguido avanzar con cierta profundidad en la limitación y control del armamento.

Estados Unidos es el país con mayor cantidad de armas en su población, lo que por cierto no es ningún logro positivo sino exactamente todo lo contrario, con más de 30.000 muertos al año por causa de armas de fuego.

Autor: REDACCION

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