Editorial

No todos pierden plata

Cuando la crisis económica avanza como una sombra que cubre el conjunto de las actividades productivas se instala la percepción de que a todos nos va mal, que en mayor o menor medida la situación negativa no tiene excepciones. Sin embargo, los bancos argentinos pueden mostrar otro resultado con ganancias siderales durante el primer semestre de este 2018 según refleja el Informe sobre Bancos publicado en junio por el Banco Central de la República Argentina.

Las ganancias de las entidades financieras entre enero y junio aumentaron el 61,2 por ciento en la comparación interanual alcanzando los 65.024 millones de pesos. Uno de los factores que potenció la rentabilidad fue la crisis cambiaria, que permitió licuar las deudas en pesos y mejoró los activos en moneda extranjera de las empresas que operan en el sector de las finanzas.

Más allá de esta sensación de que los bancos son los súper ganadores de la actividad económica más allá del contexto, el informe del Banco Central revela que durante el primer semestre se moderó el desempeño de la intermediación financiera con el sector privado, en un marco en el que el coeficiente de morosidad de la cartera crediticia se mantuvo bajo, mientras que los niveles agregados de liquidez y solvencia permanecieron relativamente elevados. Esta situación se da en un contexto de fuerte crecimiento de la inflación por la suba del tipo de cambio que obligó al Banco Central a elevar la tasa de interés de un 40 a un 45% y en medio de una abrupta caída en la actividad económica.

De acuerdo al reporte mensual, en junio el saldo de los depósitos en pesos subió 0,9 por ciento en términos reales. Considerando la mayor demanda estacional de liquidez -por ejemplo por el pago del medio aguinaldo-, las cuentas crecieron mientras que las colocaciones a plazo se redujeron. En el caso de los depósitos en dólares se incrementaron un 4,1% por el impulso de las colocaciones de los sectores público y privado.

Esta radiografía de las entidades crediticias que efectúa el Banco Central exhibe además que contemplando los últimos 12 meses, los depósitos totales en pesos crecieron 8,5% en términos reales principalmente por el empuje de las cuentas del sector público. Además, señala que el saldo de depósitos del sector privado prácticamente se mantuvo estable tras el ajuste por inflación. En tanto, en el mismo período las colocaciones en moneda extranjera crecieron 19,4% en especial por los privados.

Así, se desprende que no pocos argentinos -ciudadanos o empresas- que compraron dólares para protegerse de la inflación hay canalizado sus billetes al circuito financiero pero no en búsqueda de ganancias dado que las tasas para depósitos en dólares son mínimas sino por seguridad.

Actualmente, los bancos inundan las casillas de correos electrónicos de sus clientes o con mensajes a los teléfonos celulares promocionando tasas de entre 32 y 35% para depósitos en plazo fijo en pesos. Se trata de una tasa que empareja la inflación esperada para este 2018 más allá de los deseos del gobierno nacional de que no supere el 30 por ciento.

Con respecto al indicador amplio de liquidez para el conjunto de las entidades financieras que mide el Banco Central, el informe sostiene que representó 45,4% de los depósitos totales, esto es 2,6% por encima de los datos de mayo.

El informe también remarca que en los últimos doce meses el saldo de préstamos totales al sector privado acumuló un aumento del 24% al ajustar por inflación, con un mayor dinamismo relativo de los créditos a las empresas.

El reporte también señala que en los últimos doce meses el saldo de préstamos totales al sector privado acumuló un aumento del 24,8% al ajustar por inflación, con un mayor dinamismo relativo de los créditos a las empresas. En relación al ratio de incumplimiento en el pago de los créditos, se elevó apenas un 2,2% en junio aunque se mantuvo dentro de los rangos relativamente bajos, se destaca en el documento del BCRA. En tanto, el coeficiente de mora de los créditos a las familias se ubicó en el 3,4% mientras que el de los préstamos otorgados a empresas se situó en el 1,2%, por tanto se puede considerar que los niveles de demora todavía no son preocupantes en el sistema bancario. 

Claro que también es cierto que en julio empeoraron las cosas en la economía argentina, lo que puede tensar la cadena de pagos principalmente en el sector de las empresas Pymes, tal como alertan las entidades representativas. Y no es menos cierto que nadie quiere deberle al banco teniendo en cuenta las tasas elevadas que convalida el sistema en la lucha contra la crisis cambiaria y la inflación. 


Autor: REDACCION

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