Si bien no genera el mismo estado de nerviosismo de otros años, la llegada de los festejos por el Día de la Primavera vuelve a generar la tradicional preocupación ciudadana sobre los cuidados y controles que demanda una celebración tan multitudinaria y que, al mismo tiempo, se despliega por distintos sectores de la ciudad. 

Como suele suceder, nunca faltan los llamados de atención vinculados al desarrollo normal que deben tener los festejos y que hoy vale la pena volver a repetir, en cuanto siempre es el deseo de que todo transcurra en paz y sin alterar la vida de quienes se mantienen ajenos a estos rituales. 

Pero tampoco quedan ausentes por estos días los comentarios vinculados a la relación de los jóvenes con las drogas y el alcohol, que se ponen de manifiesto en estas fechas. Una preocupación que en realidad no sólo debería surgir en épocas de primavera sino que permanentemente debería estar presente en favor de poder encontrar una solución. 

En este sentido, bueno es recordar cuáles son las estadísticas más recientes que se manejan en materia de adicciones juveniles, y que se expresan tanto en el Día del Estudiante como en cualquier otro día del año. 

Según el informe más reciente difundido por la Sedronar en nuestra ciudad, 4 de cada 10 estudiantes santafesinos consideran que es muy sencillo acceder a la marihuana, en tanto que el 8%  -algo más bajo que el promedio nacional que es de 10,3%- admitió haber consumido esta droga en alguna oportunidad.

En cuanto al alcohol, las estadísticas señalan que 7 de cada 10 estudiantes de Santa Fe lo consume regularmente, estando por encima de la media nacional en igual sentido, que es de 62,8%.

Dicho estudio permitió conocer además otros datos referidos a este peligroso cóctel compuesto por alcohol y marihuana, como por ejemplo que las mujeres toman tragos o bebidas fuertes en mayor proporción que los varones a razón de 60,6% contra 54,4%. De estos bebedores, el 50,4% admitió haber ingerido más de un litro de cerveza en una sola oportunidad, y el 25,2% dijo haberse emborrachado, mientras que el 28,7% sostuvo que bebe para "relajarse", "sentirse mejor con uno mismo" o bien "para integrarse a un grupo". Un dato relevante es que en la provincia de Santa Fe el consumo de vino entre los jóvenes es mayor que el promedio nacional.

Cabe destacar que el inicio en el consumo de estas drogas se produce entre los 15 y 16 años, mencionándose a esta franja etaria en cuanto a la de mayores niveles de complicación para los jóvenes, quedando de tal forma una clara advertencia para los padres de hijos en estas edades sobre el esmero que deben poner en el cuidado y control de hábitos, como así también mantener una cercana presencia. Es que además de las dos drogas ya referidas, no se encuentra ajena la cocaína, aunque en un muy bajo nivel de 2,7% en cuanto a los que acceden a ella para su consumo.

Por otra parte, la encuesta señala que quienes consumen este tipo de sustancias tienen un rendimiento inferior en su desempeño educativo, pues entre ellos se da la mayor cantidad de repitentes o cantidad de materias sin aprobar. A lo cual hay que agregarle que también entre los consumidores se cuenta la mayor cantidad con problemas de conducta o de faltas a la escuela.

Las formas para acceder a las drogas ilícitas, es en los boliches, recitales o fiestas, mencionadas por el 22,3%, en tanto que un 6% mencionó a la propia escuela el sitio en el cual pueden obtenerse. Cualquiera haya sido el lugar, el 23,5% reconoció que durante el último año tuvo alguna clase de ofrecimiento de marihuana, en tanto que el 42,4% considera, al margen si es consumidor o no, que es muy sencillo acceder a la droga.

Algunas de las conclusiones que deja el conocimiento de esta encuesta es el notable auge que viene teniendo la droga y el alcohol en todos los ámbitos de la sociedad, de manera especial entre los jóvenes. Una realidad que como se puede ver tiene sus particularidades en la provincia de Santa Fe, donde todavía queda mucho por hacer. 

Pero fundamentalmente, el hecho de refrescar estas estadísticas ayuda a poner la atención en lo que nos pasa diariamente y no tomarnos la cabeza ante la llegada de cada primavera. Una fiesta donde también debe primar el respeto hacia los demás y hacia uno mismo, pero que en definitiva se ha convertido en una muestra más de todo lo que semana tras semana afecta a nuestros jóvenes.