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"No quedó nada, las pérdidas son de más de $100 millones"

Un incendio de grandes proporciones destruyó por completo un taller mecánico en el barrio Los Inmigrantes, de la capital santiagueña, y dejó en la quiebra a su dueño, quien aseguró que las pérdidas materiales ascienden a más de 100.000.000 de pesos.
"Aún no sé cómo estoy. No sé por dónde comenzar o cómo hacer para devolver o reparar las pérdidas a mis clientes. Me quedé sin nada, en la quiebra total. Hasta mis herramientas perdí", dijo Gustavo Gómez, el dueño de taller "La Bestia Car", ubicado en el cruce de las calles calles Lamadrid y Bélgica, en diálogo con El Liberal.
Consultado sobre cómo supo del incendio, el joven mecánico manifestó "cerca de las 7:30 me llamaron y dijeron que desde las 7 el galpón estaba ardiendo. Cuando llegué estaban los bomberos, pero ya no se podía hacer nada. Todo había sido consumido por el fuego, ya no quedaba nada".

EL ORIGEN
DEL FUEGO

Visiblemente consternado, Gustavo expresó "el fuego se originó en el auto de un vecino, que vive en diagonal al galpón, y guarda su auto ahí. Era el único que tenía la batería. Hizo un cortocircuito y se desató el fuego, me lo confirmaron los peritos".
Según sostuvo, el mecánico siempre tomó precauciones.
"Nosotros siempre le sacábamos la batería a los autos para evitar esto justamente. No había nada más que pudiera generar el fuego, porque el sistema de electricidad estaba en perfectas condiciones".

LO QUEMADO
En el lugar había "dos camionetas Chevrolet S10, un Peugeot 208, tres Chevrolet Corsa, un Volkswagen Polo, un Citroën, un Renault Clío, un Volkswagen Gacel, un Volkswagen Surán, un Fiat Siena y un ciclomotor", relató la víctima.
Y agregó que "además de los autos de mis clientes estaba mi auto, y el del chico que trabaja conmigo. Se quemó todo. Yo alquilaba hace cinco años en ese lugar. Ahora no se puede sacar nada porque el techo se cayó. Las paredes se cayeron, y las que están en pie van a caer en cualquier momento", explicó Gustavo.

SIN SEGURO
Consultado si el lugar tenía seguro, el mecánico, de 39 años de edad, dijo "no, no. Para un mecánico no es fácil pagar seguros, no somos una empresa grande ni nada, vivimos el día a día".

PREOCUPADO
Gustavo se mostró preocupado por la deuda que ahora adquirió, y señaló "no es culpa de nadie, pero soy yo el que tengo que dar la cara, y no sé qué hacer. No puedo responderles a mis clientes, porque no tengo los medios. Mis herramientas se quemaron todas. Mi familia dependía de mí, la de mi hijo que trabajaba conmigo y la de mi empleado".

Autor: REDACCION

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