Notas de Opinión

Navidad espiritual

Cuánto estamos necesitando del reencuentro con la espiritualidad, con el mensaje de Jesús, con la paz que predicó y que transmite a través de todo lo que nos rodea y que emana de su sola figura, más allá de la profundidad incomparable de su ejemplo. Excelente la oportunidad de este tiempo, ante la inminencia de la celebración de la Nochebuena, que debe encontrarnos unidos y fortificados en la esperanza, y la Navidad de mañana, jornada más que propicia para la reflexión, para echar una mirada hacia atrás viendo lo que hemos hecho y dejado de hacer, pero más que nada para hacernos fuertes hacia el mañana, hacia el futuro que nos aguarda tan cercano.

Se trata sin dudas, de uno de los acontecimientos más trascendentales de la historia de la humanidad: el nacimiento de Jesucristo. Un episodio que tuvo por escenario aquel pesebre de Belén, y que a través del tiempo y de los siglos, quedó firmemente fijado como una verdadera guía para los hombres, pudiendo encontrar aquí los valores, y aún mucho más que eso la esperanza, especialmente en aquellos momentos donde suele prevalecer el desánimo, el pesar y el descreimiento.

Justo este año, y en especial a los argentinos, nos sorprende un episodio realmente trascendental dentro de la Iglesia, ya que será esta la primera Navidad con el Papa Francisco, el argentino que prácticamente vino para restablecer la confianza y la credibilidad de una institución que la tenía bastante deteriorada. Justamente, la humildad y el predicar con el ejemplo del argentino Jorge Bergoglio, tiene muchísimo que ver con la doctrina de Jesús, llevada a la práctica en toda su dimensión y esplendor. Nos regocijamos entonces en esta Navidad más especial que otras, que agiganta nuestro orgullo por esta circunstancia, aún, tal la prédica cristiana, cuando ya este Papa haya traspuesto la frontera de la nacionalidad para convertirse rápidamente en el Papa de todos. Que sea también esta una de las reflexiones de esta Navidad.

La Nochebuena la tenemos ahí, a pocas horas, un festejo del gozo de estar aguardando el nacimiento de Jesús, al que siempre tenemos ahí, dispuesto a ayudarnos o fortificar una fe que muchas veces puede llegar a tener ciertas declinaciones, pero que siempre, indefectiblemente, renace con mayor fuerza, con la necesaria para sostenernos y afianzarnos en el tránsito hacia la esperanza.

Que sea la de esta noche una convocatoria familiar donde seguramente prevalecerá la unidad, enmarcada dentro de un ámbito de comunión de pensamientos, de consolidación del afecto, de la comprensión, de la solidaridad, y por sobre todas las cosas, de la humildad que siempre debe prevalecer en cada uno de nosotros. 

"Ama a tu prójimo como a ti mismo", un sencillo pero muy profundo mensaje que nos ha dejado el Señor, que con una conmovedora simpleza nos ofrece la siempre cercana posibilidad de hacer realidad un principio básico en cada uno de nuestros actos, aunque sean los más sencillos, aquellos que hacen a la vida diaria, parte de un todo que debe servir para mejorarnos un poco cada día. Con algo tan simple, habremos dado un enorme paso hacia adelante, hacia esa comprensión solidaria que hoy parece haber sido aplastada por la realidad, que conmociona, pero que debe ser superada.

Cuando hayamos logrado hacer de todos estos valores una práctica constante, sostenida por el convencimiento, ahí habremos dado nuestra contribución para un mundo mejor. Ese tantas veces prometido, pero siempre víctima de la incomprensión, sacudido por los conflictos de los hombres, que suele dirimir sus diferencias con la fuerza, con la violencia, dejando una estela de destrucción y muerte que no deberían tener cabida dentro de un mundo civilizado, y muchos menos si estuviese comprendido dentro de las enseñanzas que nos dejó Jesucristo, con su palabra, pero muchísimo más con sus actos, con su ejemplo.

Es por todo esto, y más en las especiales circunstancias de confrontación que estamos viviendo los argentinos, que esta es una Navidad muy especial, que ojalá sirva como punto de partida del reencuentro, de esa unidad que ha venido siendo vapuleada en los últimos tiempos. Aprovechemos estas ocasiones para meditar, para pensar en el futuro que devendrá de este presente, al que debemos ayudar entre todos para hacerlo más llevadero.

¡Feliz Navidad para todos!

Autor: REDACCION

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