De qué se trata
Es SuperBatuque, el primer Museo porteño de Juguetes que está ubicado en Picheuta 1865 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Qué se puede ver en el lugar
Inauguramos el 15 de mayo de este año y tenemos una colección de juguetes desde mil novecientos treinta hasta los años noventa. La colección se basa desde los años cuarenta hasta los setenta en piezas de industria argentina solamente. Industria nacional y tratamos de ubicar empresas que sean de matriz nacional, porque la idea es reflejar el juguete argentino para los que no lo conocen y para los que lo conocen también. Tenemos una gran colección de Superman, por eso el museo lleva el nombre de SuperBatuque donde se desarrolla todo lo que son los súper héroes, pero principalmente Superman, del que hay una de las piezas más antiguas del museo que es una figura de mil novecientos treinta y nueve de la marca Ideal que es la primera que se hizo de este personaje. Todo eso custodiado por una réplica de Superman en tamaño real escala uno en uno.
Reunir tanta cantidad y variedad de objetos
Hace veinte años empecé coleccionando cosas de mi época y cosas de otras épocas. Por ejemplo, me interesé mucho en una marca de los años cincuenta que nada tiene que ver con mi época, pero era por esa razón de ser de matriz nacional y de origen nacional, por eso quería investigar esa fábrica. Como la mayoría de los juguetes argentinos generalmente se copiaban el extranjero, o sea se fabricaban aquí, pero se copiaban de afuera, esa marca era importante por ese tema. Entonces empecé coleccionando eso y figuras de mi época como por ejemplo los Thundercats. Las colecciones se fueron agrandando, tenía un espacio limitado en mi casa y no cabían. Me dije ¿por qué voy a guardar esto para mí solo si lo puede ver todo el mundo? Entonces se dio la posibilidad de ese espacio en la ciudad de Buenos Aires y comenzamos a armar el museo. Eso me daba pie para buscar piezas y que la colección sea interminable, porque uno busca piezas de todas las épocas y ya no de una colección específica. Empezamos a buscar piezas alegóricas a cada década, y que nos sirva para que cuando viene el público reconozca con lo que jugaba y se identifique con su juguete, y les pueda contar a sus hijos y a sus nietos algo de su infancia.
¿Comprar o recibir en donación?
Desde que inauguramos recibimos muchas donaciones, y cuando empezamos a hablar de que se iba a gestar este museo también. Pero generalmente compro, recorro ferias, ya sea en las provincias o en esta ciudad. El sistema de las redes sociales hoy nos permite intercambiar o comprar y vender con otros coleccionistas.
Hablemos del patrimonio del museo
En la entrada nos podemos encontrar con los juegos de época, no solo como juguetes, sino que tenemos un sector con esos entretenimientos. Después está la línea del tiempo desde los años cuarenta hasta los noventa donde nos podemos encontrar con juguetes de la fábrica Eico -marca de los años cincuenta de factura y producción nacional Escudería El Ruterito-, Matarazzo antes de que fabrique las pastas, la Fundación Eva Perón que repartía juguetes ya sea de marca o copiados de otras marcas distintas, figuras alegóricas a la Fundación que eran repartidas a los docentes en la década del setenta que muchas desaparecieron por la dictadura militar. Por eso hay figuras que son muy difícil de ver porque mucho se quemó y se perdió por esa época. Tenemos juguetes para niñas y para niños que en ese momento fueron de hojalata como los amoblamientos de cocina, las marcas Saxo, Daisa, hay robots, los famosos juguetes espaciales, el famoso jeep loco a cuerda con el que muchos han jugado. Piezas de autos a escala como de policía, ambulancia, bomberos, de la marca Gorgo por ejemplo, taxis, los distintos trabajos y oficios de la sociedad. La marca Duravit, de la que tenemos una colección y podemos ver los históricos modelos de las carreras como la Flecha de Plata, Juan Manuel Fangio, el Trueno Naranja, la Liebre, los distintos autos de carrera de la época y también los de calle como el Falcon, el Chevy, bueno, los clásicos. Duravit en la actualidad fabrica, pero juguetes de plástico y ya no los de caucho tradicionales. En la parte de fines de los setenta están el Playmobil, un clásico de época, el merchandising de Coca Cola, los muñecos de Rayito de Sol que fue una marca muy conocida, y ya nos empezamos a encontrar con el principio de los ochenta donde se pueden visualizar imágenes de televisión y de cine como por ejemplo las propias imágenes de cada uno de los canales de televisión con Hijitus, Súper Hijitus, Picapiedras, clásicos argentinos como Brigada Cola, Topo Gigio, El Zorro, Carozo y Narizota, Titanes en el Ring o Lucha Fuerte que fue después pero estaban muy relacionados, Los Pitufos, las Tortugas Ninja, El Extraterrestre. De todas las épocas. Y clásicos de los ochenta como los Pin y Pon, la clásica Barbie, La vecindad de El Chavo de la marca de diseño con licencia de Roberto Gómez Bolaños, los Thundercats, muy conocidos en esta década igual que He Man. Y después empiezan a aparecer Locademia de Policía, Los Guerreros del mañana que era la versión económica que teníamos en la Argentina si no podías acceder a un He Man original. Una réplica de la muñeca Annabelle de la película de terror de ese mismo nombre. Y tenemos un Darth Vader uno en uno de la película Star Wars. Hay varias figuras uno en uno que son réplicas tamaño real humano. Pasando mediados de los ochenta están Los Cazafantasmas, más figuras de Star Wars, y acercándonos a los noventa, Harry Potter, Piratas del Caribe, que son los más contemporáneos.
La pieza que más me costó tener entre todas las que hay
La que más me costó tener fue la de Superman de mil novecientos treinta y nueve que es una pieza muy difícil internacionalmente, y como tenía colección del personaje quería tener la primera pieza. Es una figura muy limitada, asimismo el museo de Superman que se encuentra en Illinois pide quiénes son los que la tienen para tener un registro del nombre de los propietarios. Casualmente siendo una pieza estadounidense, la conseguí en Francia. Hacemos intercambios con coleccionistas por internet y por correo.
La pieza a la que más afecto le tengo
Es el perrito Batuque de madera. Cuando era chico ese perro me lo regalaron unos tíos y siempre lo quise y jugaba con él. En la adolescencia lo perdí porque se lo regalé a una novia que tenía y quise recuperarlo cuando era coleccionista, la contacté por internet pero según me dijo ella la madre lo había tirado. Tuve la suerte de que como tengo un amigo que tiene un negocio de juguetes en San Telmo, después de un tiempo, el perro apareció en el negocio de San Telmo. Y era mi propio perro. Es el mismo que está ahora en la vitrina del museo y lo reconocí por los detalles. Me había comprado otro, pero no era lo mismo. Y apareció el Batuque, y por él lleva el museo su nombre.
La pieza más valiosa desde el coleccionismo
Tenemos un autito Heinkel primera serie -modelo ratón alemán- cuando Duravit estaba asociado con Anmax, otra marca nacional de caucho. Es una de las más valiosas porque ningún coleccionista lo tiene, es nacional, me han hecho ofertas, pero al ser pieza única tiene que ser para el museo.
*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a Demián Ventura