Por Fiorella Martina

La aclamada banda que rinde homenajes a los grandes íconos del rock se presentó nuevamente en Rafaela, esta vez en el escenario del Teatro Lasserre. En otras ocasiones, los escenarios protagonistas fueron los del Cine Teatro Municipal Manuel Belgrano y también el Anfiteatro "Alfredo Williner".

El público rafaelino sabe que al comprar la entrada le espera una experiencia de alto nivel; desde la primera vez que visitaron la ciudad, la comunidad los acompaña y acude a los conciertos con ese entusiasmo pocas veces visto.

No es menor que la sala principal del Teatro Lasserre estuviese llena. Los músicos salieron a escena y apenas las luces se encendieron, el público comenzó a vibrar diferente. Lo más llamativo fue la presencia de niños y niñas acompañando a sus padres, lo que demuestra el interés en acercarle la música de Charly a los más chicos; es así como el ícono del rock sigue generación tras generación, con una música que representó una época y un vuelco al género.

También estaban los fanáticos, los que se cantaron todos los temas de principio a fin. Estaban, además, aquellos que disfrutaban en silencio, pero que no podían dejar de mover las manos y las piernas al ritmo de la música. El cuerpo vibraba diferente, pero las sensaciones eran las mismas; era volver en el tiempo, escucharse en la ducha entonando esas letras maravillosas, con amigos en una juntada alrededor de una fogata, dedicando alguna canción de amor... Charly era y es un impulso, el compartir, la escucha y un vaivén.

En escena había variedad de instrumentos, pero se destacaban el teclado, el violoncello y el violín como los distintivos, aquellos que estaban en cada canción de manera diferente, pero sobre todo, como protagonistas de ciertos momentos musicales importantes. Cabe destacar que el show contó con los arreglos de cuerdas originales y una videoinstalación diseñada para la presentación.

Una vez que se encendieron las luces, comenzaron también a vibrar una experiencia única al ritmo de la música. Titilaban, marcaban el ritmo con colores, eran parte del concierto de forma activa y agradable en lo sensorial.

Los músicos tuvieron interacciones con el público, chistes y canto en conjunto. Los aplausos acompañaron cada tema, y en los momentos menos esperados también fueron coro. Yendo de la cama al living, Rezo por vos, Chipi chipi, Demoliendo hoteles, Promesas sobre el bidet, Ojos de video tape, fueron algunos de los temas que sonaron a viva voz.

Llegando al final, los músicos pidieron recomendaciones de cosas para probar en la ciudad; pese a que vinieron muchas veces, todavía les faltan cosas para degustar, y eso hace que el compromiso con Rafaela siga estando vigente; seguro volverán pronto a los escenarios rafaelinos.

Música para Volar es una experiencia, un latido, el recuerdo de aquello inolvidable, de letras que siguen estando en la punta de la lengua, que trasladan a épocas, sensaciones y sentimientos. Formado en 2012, el grupo ha recorrido el país y el exterior con sus espectáculos, entre los que destacan “Gustavo Cerati Sinfónico”, “Música para Volar + Kubrick” y “Paseo Eléctrico”. Su carrera se caracteriza por un profundo respeto por la obra musical que abordan y por su búsqueda constante de generar experiencias integrales para el espectador, diseñando cada detalle de la puesta en función de crear momentos únicos de reencuentro con las composiciones.