Editorial

Mundo en alerta

El controvertido presidente estadounidense Donald Trump, tal como lo había sostenido durante su campaña, desarmó mediante una orden en tal sentido el Plan de Energía Limpia impulsado por su antecesor Barack Obama, mediante el cual se buscaba limitar las emisiones de gas con efecto invernadero en las plantas termoeléctricas que utilizan carbón. Es que Estados Unidos, junto a China, son los dos mayores emisores de ese gas, causante del deterioro de la capa de ozono y por lo tanto generador del recalentamiento global, consecuencia de no ser filtrados los rayos ultravioletas del sol, que de tal modo aumentan de manera notable el calentamiento de la corteza terrestre y de las aguas de los mares y océanos, con los nefastos resultados conocidos.

La justificación de Trump para ordenar esa aludida medida es que intensificando el funcionamiento de las usinas termoeléctricas se reactivará fuertemente la industria del carbón, y por lo tanto, generando miles de puestos de trabajo, llegando al extremo de predecir que esta decisión significaba "el comienzo de una nueva era en la producción de energía", lo cual es en verdad un verdadero retroceso, impactando directamente en la generación de mayor volumen de gases con efecto invernadero. Es decir, exactamente lo contrario que debe ocurrir para al menos detener este enorme deterioro de la capa de ozono y sus directas consecuencias en todo el sistema terrícola, con deshielo de los dos cascos polares, suba del nivel de los océanos y mares con graves inundaciones y posible avance de las ciudades costeras, además de la generación de grandes áreas semidesérticas donde hoy prevalecen zonas productivas.
Y si todo lo descripto es de por sí muy grave y comprometido para el futuro, no es todo ya que junto con aquella resolución sobre la intensificación del uso del carbón, también solicitó anular otra media docena de medidas de Obama destinadas a la preservación del medio ambiente, relacionadas con los combustibles fósiles.
En tal sentido, y al realizar el anuncio, Trump dijo "de esto se trata, volver a tener nuestros trabajos, volver a tener sueños y volver a hacer rico a Estados Unidos", un objetivo legítimo sin dudas, pero no a costa de perjudicar al mundo entero y a ellos mismos, ya que el deterioro del planeta no exceptúa a nadie. Para colmo, tales conceptos los pronunció nada menos que en la Agencia de Protección Ambiental.
Como parece ser habitual en Trump desoye todo lo que estudian y dicen los especialistas, sosteniendo que "lo del calentamiento global es una farsa inventada por los chinos", calificando las restricciones a las plantas de carbón como un atentado a la industria del sector. Por ahora, Trump no avanzó todavía sobre el Acuerdo de París sobre el cambio climático, pero está analizando esa posibilidad, con lo cual de concretarse, se pondría en contraposición a todo el resto del mundo.
La iniciativa en cuestión genera alarma total en el mundo, especialmente en los ámbitos científicos que son soslayados con sus informes, y también en todas las organizaciones ecologistas, que tienen ahora en Trump al enemigo número uno, por las consecuencias catastróficas e irreversibles -si no lo son ya- que puede provocar en el ya deteriorado e inestable planeta. La oposición no es sólo desde el exterior, sino también en el propio Estados Unidos se está conformando un sólido grupo para tratar de bloquear esta clase de decisiones, como ha ocurrido también con algunas otras, en las que incluso ha tomado intervención la justicia.
Los estados de Nueva York y California, dos de los que sufren más directamente las consecuencias del recalentamiento global, ya están organizándose tanto a nivel gubernamental como privado para impedir la concreción de estas medidas atentatorias contra la estabilidad del clima. La intención, cada vez más amplia, es la de movilizar a la población para convencer a los legisladores republicanos que dieron su aprobación.
La situación que viven los estadounidenses, y también los habitantes del resto del mundo por la importancia que tiene ese país, es realmente comprometida a tres meses de la presidencia de Trump.

Autor: REDACCION

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