CARACAS, 5 (AFP-NA). - Los seguidores del mandatario
venezolano y candidato a la reelección, Hugo Chávez, y su
contrincante Henrique Capriles Radonski desbordaron ayer calles y avenidas de varias ciudades del país con sus actos de
cierre de campaña para las presidenciales del domingo.
A pesar de la copiosa lluvia que caía sobre Caracas, cientos de
miles de seguidores de Chávez llenaron varias avenidas del centro
de la ciudad y permanecieron en el lugar para escuchar al
presidente, que busca la reelección para encadenar 20 años en el
poder.
"¡Viva la lluvia! Pero, mira, mira, cómo se ve toda la gente
allá. ¡Llegó la avalancha bolivariana a Caracas y llegó el palo de
agua, compadre!", dijo el mandatario, refiriéndose al aguacero,
apenas se subió a una tarima en la avenida Bolívar con una camisa
azul oscura que en segundos quedó empapada.
Cuando ya la lluvia menguaba, Chávez dio inicio a una caravana,
en compañía de sus hijas y algunos colaboradores por el centro de
la ciudad y en medio de una marea roja -el color del oficialista
Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)- que le saludaba y
aupaba a su paso.
Por su parte, Capriles culminaba su frenética campaña casa por
casa visitando los estados Cojedes (centro), Apure (suroeste) y
finalmente Lara (noroeste), donde es esperado al final de la tarde
para tener un último contacto con sus seguidores.
"Que aquí nadie se quede sin votar, pero que todos ustedes
lleven también a otras personas a votar", dijo Capriles a sus
seguidores en la primera parada de este jueves en la ciudad de San
Carlos, Estado de Cojedes.
Cuando aún el gigantesco acto oficialista en la capital estaba
en pleno auge, Capriles cerraba su segundo acto de la jornada en
Apure.
Allí, pidió a sus seguidores "dejar a un lado la división, la
confrontación y la pelea", a la vez que les aseguró que ganará los
comicios.
Capriles, de 40 años y ex gobernador del populoso estado
Miranda (norte), ha recortado en las últimas semanas la brecha con
Chávez, aunque el candidato oficialista, de 58 años y desde 1999
en el poder, sigue siendo el favorito según las últimas encuestas.