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Multitudinaria marcha de opositores a Mursi

EL CAIRO, 8 (AFP-NA). - Decenas de miles de opositores a Mohamed Mursi se reunían anoche en Egipto, especialmente en la plaza Tahrir de El Cairo, en una demostración de fuerza destinada a probar que el expresidente islamista fue derrocado por una revolución popular y no por un golpe de Estado.

Por su parte, los islamistas continuaban movilizando a sus simpatizantes para mantener la presión sobre el ejército que retiene a Mursi desde su destitución el miércoles y para denunciar el "Estado policial" que según ellos instauró.

Estas movilizaciones rivales hacen temer nuevos hechos violentos, en un momento en que continúan las negociaciones para nombrar a un primer ministro, cargo para el que, aunque suena con fuerza el nombre del premio Nobel de la Paz Mohamed ElBaradei, no acaba de haber un consenso.

El viernes, al menos 37 personas murieron, entre ellas varios policías y un militar en el Sinaí. Desde el 26 de junio, cuando empezaron los enfrentamientos, han muerto en el país más de 80 personas.

Ayer, mientras aviones caza surcaban los cielos de la capital dejando tras de ellos humo con los colores de la bandera nacional, la plaza de Tahrir era un hervidero de gente que deseaba participar en una movilización pacífica.

En la plaza se respiraba un buen ambiente y una multitud de banderas, entre las que destacaba una en la que podía leerse "Vete" en referencia a Mursi, cubría el lugar. "Egipto vivió una revolución, no un golpe", podía leerse en inglés en varias pancartas.


NEGOCIACIONES POLITICAS

Aunque la transición fue puesta en marcha con la designación de Adly Mansur como presidente interino y la disolución de la cámara alta dominada por los islamistas, las nuevas autoridades no logran ponerse de acuerdo sobre el nombre del primer ministro.

La elección de ElBaradei, que la víspera anunciaron la agencia oficial Mena y varias fuentes políticas y militares, se topa con las reservas del partido salafista al Nur, socio islamista de una coalición que está integrada principalmente por partidos y movimientos laicos.

El nombramiento del exdirector de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) de 71 años al frente del gobierno aportaría a la transición, vigilada por el ejército, el lustre de una personalidad internacionalmente reconocida con firmes convicciones democráticas.

En cambio, puede enfurecer a los islamistas de todas las tendencias, independientemente de que sean partidarios o no de Mursi.

Autor: REDACCION

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