Editorial

Mujeres luchadoras

Por primera vez en la historia del Premio Nobel, una de las más importantes distinciones que existe en el mundo y que abarca una amplia diversidad de especialidades, entregó la distinción a tres mujeres en forma conjunta, siendo en este caso el que representa el mayor simbolismo por las luchas sociales: el de la Paz. En tal ocasión hace unos días, las distinguidas fueron tres mujeres africanas, que sobresalieron en su lucha por la defensa de los derechos humanos, precisamente en una región del mundo donde esa clase de conquistas se encuentran totalmente postergadas.

Las premiadas por el comité noruego fueron Ellen Johnsn Sirleaf, quien es economista, política y actual presidenta de Liberia; Leymah Gbowee, una incansable activista en favor de los derechos humanos en ese mismo país; y Tawakkul Karman, una emblemática representante de la nueva lucha árabe en Yemen.

En ellas existe una mezcla de lucha, coraje y sacrificio, puestas al servicio de los semejantes, habiéndose convertido las tres en claras líderes en cuanto a lograr modificar las adversas condiciones en que viven millones de sus compatriotas. 

En ocasión de hacerse pública la designación de estas tres mujeres que compartirán el Premio Nobel de la Paz de 2011, desde el seno del comité se dejó en claro que el galardón fue adjudicado "en recompensa por su lucha no violenta por la seguridad de las mujeres y de sus derechos a participar en los procesos de paz".

Es además un reconocimiento a las mujeres y a la igualdad de los sexos en cuanto a sus luchas e ideales, ya que de los 111 premiados con el Nobel de la Paz a lo largo de su historial, solamente 15 fueron mujeres, incluyendo a Sirleaf, Gbowee y Karman de esta reciente designación. La entrega de la distinción y de la recompensa monetaria que otorga el Nobel -1,5 millón de dólares-, se realizará durante una ceremonia en Oslo, el próximo 10 de diciembre.

Según sus propias personalidades, como así también capacidades para desenvolverse, estas tres mujeres ocuparon sitiales muy destacados en sus respectivas luchas, enfrentando injusticias y defendiendo a ultranza los derechos de los sectores más desprotegidos en el norte africano y el sur arábigo.

En una muy elocuente expresión, Gbowee se dirigió a las mujeres diciendo "no esperan por Mandela, no esperen por Gandhi, no esperen por Luther King. Ustedes son Mandela, Gandhi y King. Ustedes conocen sus cuestiones, sus preocupaciones, sus prioridades y son las mejores porque conocen las soluciones para sus problemas". Leymah Gbowee, es una mujer de 39 años y madre de seis hijos, fuerte militante en los movimientos pacifistas de Liberia, que contribuyó muy fuertemente a poner fin a la guerra civil que durante tanto tiempo azotó a ese país, agravando la situación de sus arrasados habitantes, iniciándose en esta lucha en 2002 cuando puso en práctica la oración y el canto como formas de expresión contra la violencia, haciendo crecer a un grupo de mujeres vestidas de blanco.

En cuanto a la también liberiana Sirleaf, de 72 años, fue la primera mujer elegida en forma democrática presidenta de un país africano, y desde su asunción en 2006 viene trabajando intensamente en la reconstrucción de un país castigado por 14 años de guerras civiles, que provocaron la muerte de 250.000 personas y dejaron a Liberia sumida en una total miseria. Sirleaf es conocida como "la Thatcher de Monrovia" por su fuerte inclinación hacia la centro derecha. Es economista y se formó en Harvard, habiendo sido integrante del Banco Mundial.

La restante laureada, que completa este notable trío, Tawakkul Karman, tiene 32 años, es periodista y reside en Yemen, uno de los países que está viviendo esta "primavera árabe" con fuertes cambios a situaciones que vienen desde varias décadas, y que ahora están derrumbándose, dando paso a una libertad nunca vista antes en esos territorios. Fue fundadora del grupo "Mujeres periodistas sin cadenas", habiendo sido esta madre de tres hijos, una de las principales líderes de las manifestaciones populares.

Estas tres mujeres, las elegidas para compartir el Nobel de la Paz, dejaron atrás a muchos ilustres nominados, como el creador y líder de WikiLeaks, Julian Assange, el músico argentino Daniel Boremboim, y el defensor de derechos humanos Sima Samar, de Afganistán.

Autor: Redacción

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