Se llamaba Rocío González, tenía 32 años de edad, era sargento de Policía, vivía en la bonaerense población de Bolívar, y murió asesinada por su expareja, sobre quien estaba en vigencia una restricción perimetral, a fin de que Germán Alejandro Olivares, de 36 años, no se acercara a la suboficial.
Sin embargo, el sujeto hizo caso omiso a dicha orden, y en un momento la abordó en la vivienda que ocupaba y la atacó a puñaladas, para posteriormente intentar suicidarse aplicándose varios cortes en el cuerpo.
Indignados por lo sucedido, vecinos de la mujer en un acto de venganza incendiaron el automóvil del agresor, quien finalmente fue arrestado y trasladado hasta un centro médico, a fin de que recibiera atención en las heridas exhibidas.
La pareja tenía una hija de 5 años de edad, y judicialmente se dio inicio a una causa penal por el delito de femicidio agravado.