Sociales

Morir naciendo

¿Sabía usted que morir es nacer de nuevo? Otra manera de nacer, pero también real. Lo dijo Jesús en el evangelio, y uno debe prepararse bien.

A propósito, un famoso predicador evangélico -Norman V. Peale- sugiere cómo superar el natural temor a la muerte: pensando que es otra forma de nacer. Reproduzco su pensamiento: supongan que alguien hablara a ese ser en formación y le dijera: "No puedes quedarte aquí mucho tiempo. Dentro de pocos meses nacerás, o tal vez consideres ese acto como una muerte de tu estado actual".

El niño puede objetar tercamente: "No quiero dejar este sitio. Aquí estoy en un medio tibio, me aman y soy feliz. No quiero ser lo que tú llamas un nacido, o lo que yo llamo muerto, fuera de aquí".

Pero la criatura nace. Muere respecto de su vida fetal, ¿y qué encuentra? Siente bajo su cuerpo brazos fuertes y amorosos. Alza la vista y ve un bello rostro lleno de ternura: el de su madre. Es bien recibido y cuidado, y se dice: “¡Qué tonto fui! ¡Es un lugar maravilloso, este al que he venido".

El niño disfruta de su niñez, se hace joven, luego adulto y finalmente llega a la vejez. Alguien le dice: "Vas a morir, o como lo llamamos nosotros, a nacer fuera de este lugar, y entrar a otro".

Y quizá él proteste: "¡No quiero morir. Tengo a mis seres queridos. Amo este mundo... el alba y el atardecer, la luna, la luz de las estrellas. Me gusta sentir el calor del fuego en el rostro cuando llega la época de frío, y oír el crujido de la nieve bajo mis pies, en las noches invernales. No quiero dejar este mundo. ¡No quiero morir!

Pero al llegar su hora, muere. ¿Qué sucede entonces? Acaso Dios, el Creador, va a cambiar de pronto Su naturaleza? ¿No podemos suponer que una vez más ese hombre sentirá que lo reciben brazos cariñosos, y que nuevamente alzará la mirada hacia una faz fuerte y hermosa, más dulce aún que aquel primer rostro que vio hace tanto tiempo? ¿No exclamará pronto: "¡Vaya, esto es maravilloso! Quiero permanecer aquí para siempre"?

Esta original manera de enfocar la muerte debiera alentarnos en el momento de la partida. Mientras tanto, Dios nos pide que vivamos conforme a sus mandamientos, porque, de acuerdo a lo que expresaba san Agustín, "el que nos creó sin nosotros, no nos salvará sin nosotros"...

Autor: Redacción

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web