La Palabra

Misión del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento*

Es tratar que el Estado funcione mejor.

Cuál es la estructura del CIPPEC para poder alcanzar ese objetivo

En términos de contenido aborda tres grandes temas que son Desarrollo económico, Desarrollo social y Fortalecimiento del Estado, de las instituciones y del gobierno en sí. Pero más allá de esos programas que son los que desarrollamos contenido hay una cantidad de gente que trabaja para poder mantener esta estructura, porque tenemos un montón de proyectos y muchos son a largo plazo y hay que conseguir también el financiamiento, somos una ong al fin y al cabo, entonces hay distintas áreas que se ocupan de mantener eso, como administración, desarrollo institucional, trato con gobierno, el área de comunicación es muy fuerte y nos apoya mucho, obviamente la dirección ejecutiva.

Cuando se plantean los temas a tratar, a investigar o a desarrollar. ¿Tienen que ver con una solicitud previa de alguien interesado por fuera o se logran desde el equipo de la entidad?

Tenemos una agenda propia que parte de diagnósticos que hacemos sobre las distintas situaciones en las distintas áreas que trabajamos. Esto no quita que estemos cerrados a escuchar las demandas concretas sobre todo de gobiernos. Muchas veces están en la trinchera, como muchos funcionarios públicos, que saben más lo que se necesita o qué rol podríamos cumplir para ayudarlos a ellos, y ahí tratamos de colaborar en la medida que sea posible. Somos un poco distintos a otras ong que puedan llegar a haber en Argentina porque nuestra voluntad última es de colaborar, de sumar y a  veces es necesario marcar lo que no está andando bien y nosotros  nunca vamos a marcar algo que  no está andando bien si no tenemos una solución para eso. Ahí generamos vínculos que se van construyendo y por lo general los distintos gobiernos de distintos colores políticos saben que pueden contar con nosotros desde una lógica colaborativa.

Cómo abordan y desarrollan cada uno de los temas en agenda

Cuento cómo trabajamos el tema de primera infancia. Lo empezamos hace cuatro años, tratando de visibilidad la peor situación relativa de los niños frente al promedio de la población. En Argentina la estadística es un desafío enorme, es manejar con los ojos vendados directamente y lo sabemos. En la medida que es posible tratamos de usar las estadísticas públicas, y vemos que en el tema de pobreza eso no es posible, pero justamente los que estamos viendo acá son de pobreza relativa, también está el Observatorio de la UCA que lo usamos y trabajamos muchísimo. Pero tratamos de complementarlo con otros indicadores. Sabemos que la pobreza medida por ingresos es solamente una parte de la película, hay otras pobrezas que van a otras cuestiones como es la infraestructura, el saneamiento, la alimentación, el acceso a los servicios sociales. Y lo triste de esta situación es que se replica usando el indicador que utilicemos con variaciones muy menores. Sobre ese diagnóstico lo que tratamos de hacer es primero desagregarlo bien y tratar de entender las causalidades del interior del problema. Y mirando en paralelo qué es lo que está haciendo el Estado. Nos asombró muchísimo que la pobreza infantil no se había visto afectada ni siquiera con el lanzamiento de la Asignación Universal por hijo, y esta brecha no se redujo, se amplió. Entonces viendo esta situación podemos tener una noción de qué está funcionando y qué no, mirando también lo que pasa afuera de Argentina. Y ahí te das cuenta que el problema de la infantilización de la pobreza no es algo propio nuestro, es algo que atraviesa toda la región, pero Argentina es el segundo país que más concentra la pobreza en los niños, después de Uruguay. La diferencia es que los otros países de la región arrancaron con políticas específicamente dirigidas a las familias con niños en primera infancia hace más de diez años. En Argentina estamos llegando muy tarde al no tener una perspectiva integral del problema, estamos atacando con cositas sueltas, como la Asignación que es súper importante que generó un montón de avances, pero no se articula como se debería en el marco de un esquema un poquito más amplio que entienda que el problema de la familia con niños no es solamente ese dinero que les puedan dar sino algo más transversal, más amplio. En ese contexto aprendiendo mucho de las experiencias internacionales, generamos una serie de recomendaciones de política pública con su respectivo costeo, no somos ingenuos en eso, sabemos que el gobierno cuenta con recursos limitados, que el presupuesto se discute año a año, pero somos realistas diciendo esta es la situación que planteamos, cuesta esto, si es muy caro se puede gradualizar, se puede llegar paulatinamente a este escenario. Muchas veces no se trata de aumentar la inversión sino de hacerla más eficiente generando o de generar algunas reasignaciones. Ahí ofrecemos una cantidad de propuestas específicas que van en distintas áreas: todo lo que es salud y nutrición; licencias por paternidad, maternidad y familiares y transferencias a las familias con niños; educación inicial y cuidado; y el componente transversal de la institucionalidad cómo se debería organizar el Estado para poder gestionar esto. Sacamos una cantidad importante de documentos específicos dirigidos a los funcionarios que estaban tomando decisiones en ese momento. Los convocamos aprovechando que el año pasado estaban en campaña electoral. Pudimos incluir el eje de la infancia en Argentina debate. Eso implicó un trabajo enorme previo, nos fuimos reuniendo con los equipos técnicos de los candidatos. Ahora  nos está preocupando cómo el tema está entrando en la agenda. Por ejemplo el tema de licencias que no está para nada en agenda, para ver cómo se puede organizar las familias para el cuidado de sus hijos. Y el de Asignación Universal por hijo, que está en agenda, y es una política genial que contribuyó a la disminución de la pobreza, pero tiene dos problemas fundamentales: llega solamente al setenta y cinco por ciento, no es universal, porque excluye a grupos formales que son los monotributistas y los autónomos, pero también hay una cantidad de personas que trabaja en la informalidad que tiene hijos, que podría estar recibiendo la Asignación y no lo hacen. Cuando uno distribuye esto entre quintiles de ingreso, es decir cuando ordena los hogares del que menos gana al que más gana y ve qué transferencia recibe cada familia, descubre que los hogares más ricos están mucho más cubiertos que los quintiles más pobres. Porque al mirar las transferencia que hace el Estado no solamente hay que mirar la Asignación Universal por hijo, hay que mirar también las asignaciones familiares contributivas de las personas que trabajan en relación de dependencia, y también la deducción del impuesto a las ganancias, que es una transferencia tácita, y bastante importante. Y eso es mucho más fácil de conseguir que la Asignación Universal por hijo. Como sociedad, y el Estado en particular, está transfiriendo más plata a los que más tienen en lugar de los que menos tienen, y eso puede ser uno de los factores que puede llegar a explicar de por qué esta situación no mejoró tanto a partir de la Asignación Universal por hijo, aunque sin ella podrían estar mucho peor.

Cómo vemos la realidad para pensar en mejorar la calidad de vida de la población

Soy muy optimista, creo que vamos a lograr ir haciendo avances graduales y paulatinos, seguir mejorando la situación general de la Argentina y en particular de los sectores más vulnerables. Es importante para mí hablar de lo general, no porque me guste privilegiar a las clases medias por las clases altas, sino porque hay distintas vulnerabilidades y las personas que se encuentran en esas situaciones van y vienen, no son las mismas, somos todos como sociedad por un lado, y por otro lado porque está demostrado en todos los países del mundo que lo que pasa en los sectores más vulnerables afecta a toda la sociedad. Entonces que estemos todos mejor parte por priorizar a aquellos que hoy están en esa situación. Es un derecho que tenemos todos de vivir con dignidad y eso en Argentina no está ocurriendo. Pero creo que hay indicios de que se puede ir mejorando, el tema actual es complicado porque tenemos una situación económica muy compleja con recesión, con pérdida importante en materia de empleo, con un aumento tarifario enorme y una inflación que continúa, y esto afecta directamente a la situación. La verdad es que el gobierno está llegando un poco tarde a las medidas sociales, y eso es preocupante porque se genera una brecha enorme. Los impactos son hoy, son concretos y son inmediatos. Y la ayuda puede llegar en un tiempo. Cuando miramos la distribución etaria de la pobreza, Tercera edad es la que menos pobreza tiene, menos incluso que la población en general, entonces seguimos priorizando a los sectores más acomodados, aunque  resulte raro pensar que un jubilado es un sector acomodado, pero lo es en comparación con un hogar con niños que tiene cero posibilidades. Y esto es relevante en la transición demográfica en la que estamos en nuestro país. En Argentina como en todas las sociedades del mundo vamos envejeciendo como sociedad, antes teníamos muchos más chicos, y menos adultos, y menos adultos mayores. Hoy tenemos más adultos insertos en el mercado laboral generando ingresos que población dependiente de ellos, es decir niños y adultos  mayores. Esto genera una especie de superávit porque nos está generando más ingresos de los que necesitamos. Estamos saliendo de esta etapa y pasando a una de envejecimiento donde los adultos  mayores van a ser más que las personas en edad activa. Vamos a tener más personas que no generan ingresos que dependen de las personas que generan ingresos, que personas activamente trabajando en el mercado laboral. Este cambio de balanza va a ocurrir en el dos mil cuarenta, para ese momento vamos a necesitar que las personas que estén trabajando sean mucho más productivas de lo que nosotros somos actualmente para que no quebremos como sociedad. Esas personas que nos van a tener que pagar la jubilación a nosotros son los  niños, entonces tenemos que pensar en qué oportunidades les estamos dando a los niños, sobre todo en la primera infancia, ese período hasta los cuatro años donde se genera el ochenta por ciento de las conexiones neuronales y que tiene implicancias bastante importantes después en el nivel de productividad en el futuro. Qué va a pasar con la Argentina si hoy no estamos priorizando a la infancia. Esto tiene un ejemplo muy claro en unas investigaciones que hizo el Premio Nobel de Economía James Heckman donde demostró a partir de distintas experiencias que una inversión de un dólar en políticas de desarrollo infantil tempranas que son los centros de cuidado, las licencias, políticas nutricionales, en la primera infancia, tiene una tasa de retorno de diecisiete dólares en términos de productividad para el total de la sociedad. Es la mejor inversión que  no existe ni en especulaciones financieras, y menos en políticas públicas. Ni la Asignación Universal ni las licencias extendidas son un gasto, es la única inversión que deberíamos estar haciendo.

*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a Gala Díaz Langou

 

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